Por Marta Nogueira

RÍO DE JANEIRO, 8 nov (Reuters) - La industria petrolera brasileña podría tener oportunidades de ampliar sus exportaciones a China si el presidente electo Donald Trump reanuda una guerra comercial con el país asiático impuesta en su primer mandato, dijeron expertos.

Trump ha prometido imponer un arancel del 60% a los productos chinos, una medida que también podría provocar represalias y afectar las compras chinas de petróleo, gas y productos petroquímicos.

"Un probable nuevo capítulo en la guerra comercial podría provocar cambios en la balanza comercial de petróleo de Brasil, aumentando los flujos de exportación a China en particular", dijo Isabela García, analista de inteligencia de mercado de la consultora StoneX, en un informe.

Brasil es actualmente el séptimo mayor proveedor de petróleo a China, con un promedio de 720.000 barriles por día (bpd) en términos interanuales hasta septiembre, o una cuota del 6,5% del mercado chino, según datos oficiales chinos citados por la analista de StoneX.

"En los últimos años, el país ha ido aumentando el volumen exportado a China, reflejando tanto el crecimiento del consumo chino como el aumento de la producción nacional de petróleo", dijo García.

Estados Unidos es el décimo mayor proveedor de petróleo a China, con un promedio de 200.000 bpd en términos interanuales hasta septiembre, añadió.

La experta consideró, sin embargo, que países más cercanos a China, como Rusia, Irak, Arabia Saudita e Irán, podrían ocupar cualquier espacio en la lista de importaciones de China con más facilidad que Brasil.

El presidente del Instituto Brasileño del Petróleo (IBP), Roberto Ardenghy, subrayó que el proteccionismo puede provocar desviaciones en los flujos comerciales y señaló que una posible guerra comercial entre China y Estados Unidos podría abrir una ventana de oportunidad para que Brasil amplíe su comercio con China.

Aunque todavía es demasiado pronto para predecir la dirección que tomará Trump cuando asuma el cargo, los analistas son unánimes en destacar las tendencias hacia un mayor proteccionismo estadounidense, los incentivos al petróleo y una menor preocupación por la agenda climática, con posibles repercusiones positivas y negativas para Brasil.

EL ESCENARIO DEL PETRÓLEO

El fuerte apoyo de Trump a la agenda petrolera, con una bandera a favor de la soberanía energética de Estados Unidos, según los análisis, también podría fortalecer la narrativa actual de la industria brasileña, que lucha por convencer a la sociedad de que es necesario avanzar en la exploración de nuevas fronteras petroleras en Brasil.

Para el presidente de IBP, que representa a las empresas petroleras en Brasil, la victoria de Trump enfatiza la necesidad de Brasil de buscar mantener su autosuficiencia en petróleo, como históricamente ha hecho Estados Unidos.

Brasil, que también es una potencia en energías renovables, va camino de alcanzar el tope de su producción de petróleo a principios de la década de 2030 si no se producen nuevos descubrimientos importantes. Ardenghy también destacó que la producción del país tiene una menor huella de carbono en comparación con otros grandes productores.

En esta línea, el presidente de la Asociación Brasileña de Refinadores Privados (Refina Brasil), Evaristo Pinheiro, cree que el perfil propetróleo de Trump podría incluso animar a las petroleras estadounidenses a venir a Brasil, donde actualmente no tienen reservas significativas.

"La mayoría ganada en la Cámara de Representantes y en el Senado por el Partido Republicano tiende a empujar a las empresas estadounidenses de petróleo y gas también hacia el exterior", dijo Pinheiro.

"Las empresas estadounidenses pueden estar interesadas en invertir aquí en la exploración de nuevas fronteras, incluso (habilitando) nuevas capacidades de refinamiento, dado que Brasil es un gran mercado y muestra un déficit en su producción de derivados".

(Por Marta Nogueira; editado en español por Daniela Desantis)