PETROBRAS Se espera que Brasil sustituya el S500 por el gasóleo S10 de bajo contenido en azufre en los próximos años, lo que exigirá grandes inversiones en algunas refinerías para que puedan producir el combustible menos contaminante.
Dos de las refinerías puestas a la venta por Petroleo Brasileiro SA, como se conoce formalmente a la empresa, se enfrentan en particular a la incertidumbre: Refap y Repar, situadas en los estados sureños de Rio Grande do Sul y Paraná, respectivamente.
Ambas tienen capacidad para procesar más de 200.000 barriles de petróleo al día, pero no están enfocadas a la producción de gasóleo S10.
Petrobras esperaba firmar este mes acuerdos de confidencialidad con las partes interesadas para vender las plantas, pero ahora aumentan los interrogantes, incluso políticos, ya que el candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva se opone a la venta de las refinerías.
"Refap, y probablemente otras refinerías, tendrán problemas (para ser vendidas)", dijo un ejecutivo del sector, añadiendo que Refap no tenía la capacidad necesaria para producir diesel S10.
"Repar ya fabrica una pequeña cantidad de S10, por lo que quien la compre tendría que invertir en una adaptación, no en una conversión, que requeriría mucho más dinero", dijo un segundo ejecutivo, que pidió el anonimato para hablar del asunto.
Se espera que la prohibición del uso del gasóleo S500 se produzca en 2025. Los participantes del mercado dijeron a Reuters que se espera que el regulador petrolero ANP presente en los próximos meses un calendario detallado sobre la medida.
Cuando se les preguntó si el cambio afectaría a las desinversiones en refinerías, tanto Petrobras como la ANP no respondieron inmediatamente.
En un comunicado, Petrobras dijo que el S10 ya representa más de la mitad de sus ventas totales de diesel.
