Hace unos días, Porsche presentó unos resultados trimestrales que fueron recibidos con tibio entusiasmo. Son sobre todo las previsiones las que decepcionan: las ventas en 2024 apenas deberían cambiar con respecto a 2023, mientras que el margen operativo debería caer significativamente.

El mes pasado, la dirección ya había intentado preparar el terreno señalando que la inversión en la producción de vehículos eléctricos comprimiría la rentabilidad. Porsche apuesta fuerte por esta categoría, pero la apuesta ya no está del todo en el aire.

Después de haber desatado las pasiones, los vehículos eléctricos actúan ahora casi como un repelente. Las ventas caen en todas partes y las valoraciones de los pure players estadounidenses se han hundido; incluso los grandes fabricantes se echan atrás.

Naturalmente, abundan los comentarios sobre la diferencia de valoración entre Porsche y Ferrari. Porsche cotiza a 16 veces los beneficios, mientras que Ferrari lo hace a 51 veces. De ahí a apostar por una recuperación, que algunos inversores estarían tentados a hacer, sólo hay un paso.

Sin embargo, como ya señalamos unos meses después de su salida a bolsa, Porsche no es Ferrari. En primer lugar, su capital está totalmente bloqueado: Volkswagen posee el 75,4%, la familia Piëch el 12,5% y el fondo soberano qatarí el 5%.

En segundo lugar, las estrategias industriales de los dos fabricantes difieren mucho. Ferrari se ha desvinculado de Stellantis, mientras que las instalaciones de producción de Porsche siguen unidas a las de Volkswagen. Oliver Blume es el Director General de ambos grupos.

Por último, su posicionamiento en el mercado es completamente diferente. Ferrari es un auténtico actor del segmento de lujo, mientras que Porsche sigue siendo un actor más del segmento de gama alta. Haciendo un paralelismo con el sector de la moda, un burlón analista comparó al primero con Hermès y al segundo con Hugo Boss.

El verdadero lujo viene ante todo de la exclusividad. Sin embargo, el fabricante alemán fabrica veinte veces más vehículos que el italiano y los vende a la mitad del precio medio.

Por último, la exposición al mercado chino -una fuente de riesgos u oportunidades, según se mire- también es el doble para Porsche que para Ferrari.

En conjunto, estos factores justifican sobradamente la diferencia de valoración entre ambas empresas. También deben tenerse en cuenta al considerar el fuerte descuento de Porsche Automobil Holding SE.