Desde el inicio de la guerra en Ucrania, la UE ha incluido en su lista negra a unas 700 personas vinculadas al Kremlin o acusadas de apoyar la invasión, que Moscú califica de "operación especial". Sin embargo, esto no siempre ha conducido a una rápida congelación de activos, en medio de obstáculos legales y, a veces, de la falta de voluntad política.

Las nuevas medidas afectarán a más de 200 personas más, en su mayoría de las regiones separatistas de Luhansk y Donetsk, y también a altos empresarios, políticos y militares cercanos al Kremlin.

Otras 18 entidades también se han visto afectadas por la congelación de activos, entre ellas cuatro bancos, como el VTB, y empresas militares, con lo que casi se duplica el número de empresas afectadas por las sanciones desde el inicio de la guerra.

Herman Gref, el director del Sberbank, ha sido añadido a la lista negra de la UE, según el documento, en un movimiento que es importante simbólicamente. La UE se ha abstenido hasta ahora de sancionar al banco, que desempeña un papel clave en los pagos de energía.

Las hijas de Putin, Ekaterina Tikhonova y Maria Vorontsova, también han sido sancionadas ahora por beneficiarse del gobierno ruso, según el documento.

Putin ya había sido sancionado en una primera ronda de medidas restrictivas, aunque no está claro cuántos activos, si los hay, tienen él y su familia en la UE.

Los oligarcas acaudalados suelen utilizar testaferros o empresas ficticias y fideicomisos anónimos para ocultar sus activos, lo que hace muy difícil, si no imposible, que los investigadores los identifiquen, especialmente en jurisdicciones con normas laxas sobre los beneficiarios finales de las empresas.

También han sido sancionados el ejecutivo de la petrolera Surgutneftegas, Vladimir Bogdanov, el fundador del gigante del aluminio Rusal, Oleg Deripaska, el multimillonario Boris Rotenberg, principal accionista de la principal minera de oro rusa, Polyus Said Kerimov, y el jefe de la plataforma rusa de comercio electrónico Ozon, Alexander Shulgin.

Los nuevos listados forman parte del quinto paquete de sanciones de la UE contra Rusia, que incluye la prohibición de las importaciones de carbón y restricciones a la entrada en la UE de buques y camiones rusos.