Un documento oficial de la Unión Europea mostró el martes que varios fabricantes planeaban comprar créditos de carbono a especialistas en vehículos eléctricos como la estadounidense Tesla o Polestar, una marca propiedad de la china Geely, para evitar fuertes multas.
Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru tienen previsto firmar acuerdos de agrupación con Tesla, mientras que se está formando otra agrupación en torno a Mercedes, con Polestar, Volvo Cars y Smart.
"Sin una posición clara de la Comisión Europea, los fabricantes se ven obligados a tomar decisiones contraproducentes como la compra de créditos a la competencia, posibles recortes de producción, etc... Esto conduce a un debilitamiento de la industria europea", afirmó una portavoz del Grupo Renault en declaraciones a Reuters.
"A principios de este año, el grupo vuelve a pedir urgentemente visibilidad a la Comisión Europea", añadió.
Las empresas que venden menos vehículos eléctricos pueden poner en común sus emisiones con los actores puros del sector eléctrico, más virtuosos en términos de CO2, y comprarles créditos de emisiones. Reduciendo así su media, pueden evitar pagar varios cientos de millones de euros en sanciones.
De los fabricantes que siguen vendiendo muchos vehículos de combustión, los analistas consideran que Renault corre menos riesgos porque el menor peso medio de sus vehículos le permite contentarse con una mezcla de vehículos eléctricos ligeramente inferior al 20%, frente al 22% como mínimo de la media europea.
También se verá favorecida en 2025 por sus fuertes ventas de híbridos y el despegue de su nuevo R5 eléctrico, aunque el mercado europeo de eléctricos sigue siendo lento.
El grupo reiteró el miércoles que estaba "movilizado para cumplir los requisitos" de la normativa sobre CO2, al tiempo que precisó que era "prematuro decir en este momento" si recurriría o no a acuerdos de puesta en común.
(Reportaje de Gilles Guillaume, editado por Blandine Hénault)