Ante el avance de los fabricantes chinos en Europa, Stellantis y Renault han intensificado su presión sobre la Unión Europea para crear una nueva categoría de autos pequeños con menos regulaciones y características de seguridad, lo que permitiría reducir los costos de producción.
En los últimos dos meses, John Elkann, presidente de Stellantis, y Luca de Meo, director ejecutivo de Renault, han llevado a cabo una inusual campaña pública para que la UE considere esta propuesta.
El objetivo es revivir el segmento de autos pequeños, en gran medida abandonado por los fabricantes europeos debido a su baja rentabilidad, un problema que atribuyen a regulaciones que han hecho que estos vehículos sean más grandes, pesados y costosos.
La semana pasada, Elkann afirmó que Europa necesita su propia versión de los "kei cars" japoneses: vehículos urbanos pequeños con restricciones de tamaño y motor, que disfrutan de menores impuestos y costos de seguro. Según Elkann, podrían denominarse "e-car".
"No hay razón para que, si Japón tiene el kei car, que representa el 40% del mercado, Europa no pueda tener un e-car", declaró en un evento en Turín, reiterando comentarios similares hechos en un editorial conjunto con de Meo publicado el mes pasado.
A pesar de que de Meo dejará Renault en julio, se espera que la compañía mantenga su apoyo a la iniciativa.
"Los autos pequeños son un nicho de crecimiento que no se puede, y no se debe, ignorar ahora mismo", señaló François Provost, director de adquisiciones, asociaciones y asuntos públicos de Renault.
Hasta ahora, los rivales chinos se han centrado en vehículos eléctricos e híbridos más grandes para ganar cuota de mercado en Europa, pero los modelos pequeños ya están en camino.
El Dolphin Surf de BYD, de China, salió al mercado hace un mes, con un precio inferior a los 20.000 euros ($23.124), incluyendo características como una pantalla táctil giratoria de gran tamaño y espejos retrovisores anti-vaho.
En comparación, el Renault 5, de prestaciones similares aunque con capacidad para un pasajero más, cuesta casi 5.000 euros más con equipamiento equivalente.
Ante esta presión, los fabricantes europeos estudian la posibilidad de lanzar autos más económicos para aumentar sus ventas y cumplir con los objetivos de emisiones de CO2, explica Flavien Neuvy, analista automotriz y director de la firma de investigación Cetelem.
"El mercado ha caído un 20% respecto a 2019, así que no hay suficiente volumen para todos, y los chinos están llegando", advierte.
Actualmente, los autos pequeños representan solo el 5% del mercado, pero en los años 80 llegaban a la mitad. El segmento podría repuntar con nuevos lanzamientos, según S&P Global, que estima que las ventas podrían alcanzar las 600.000 unidades en 2030, un aumento del 20% respecto al año pasado.
'Muchas excusas'
La campaña de lobby se centra en el Reglamento General de Seguridad 2 (GSR2) de la UE, que exige características como airbags laterales, sensores para detectar si el conductor se está quedando dormido, advertencias de cambio involuntario de carril y pruebas de choque más rigurosas.
Según una fuente cercana al lobby, estos requisitos y las normas europeas sobre contaminación suman entre 850 y 1.400 euros ($983-$1.607) al costo de un vehículo.
Los lobbistas argumentan que no es necesario exigir los mismos requisitos de seguridad para colisiones a alta velocidad en autos diseñados para la ciudad.
Con el respaldo de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), proponen una nueva categoría de vehículos llamada M0, o e-car.
La Comisión Europea está estudiando la propuesta, confirmó la portavoz Lea Zuber.
Modificar los requisitos para autos pequeños sin comprometer la seguridad será complejo y no necesariamente se implementará, según fuentes cercanas a las discusiones.
También queda por ver si los modelos menos regulados podrían competir con los EV chinos.
Matthew Avery, director de desarrollo estratégico de Euro NCAP, organismo que evalúa la seguridad de los autos nuevos, considera absurda la idea de que los autos urbanos pequeños no se verían involucrados en accidentes en autopistas.
Los fabricantes chinos están trayendo a Europa autos que obtienen sistemáticamente cinco estrellas en Euro NCAP, dice Avery. Aunque estas calificaciones no tienen peso legal, los consumidores las consideran y muchas flotas corporativas no adquieren vehículos con menos de cinco estrellas.
Un cambio en la regulación que elimine ciertos requisitos podría dejar a los autos europeos pequeños con solo dos o tres estrellas, advierte Avery.
"Si quieren, pueden reducir el equipamiento de seguridad", señala, pero aclara que las pruebas y calificaciones de Euro NCAP seguirán igual. "Nuestro trabajo es simplemente decir: este auto es más seguro que aquel".
Emmanuel Bret, subdirector de BYD Francia, afirma que su empresa seguirá ofreciendo autos pequeños que cumplan con todas las normativas actuales de la UE y que culpar al bloque por el encarecimiento de los vehículos son solo "muchas excusas".
"Que el cliente decida", concluye Bret.
($1 = 0,8714 euros)