BRUSELAS, 16 feb (Reuters) - El ejecutivo de la Unión Europea impulsará el abandono progresivo en 10 años de la protección otorgada a los combustibles fósiles en el marco de un tratado internacional sobre energía, después de que algunos países hayan pedido que se abandone el acuerdo a menos que se pueda adaptar a los objetivos climáticos de Europa.

Los más de 50 signatarios del Tratado de la Carta de la Energía reanudarán el próximo mes las negociaciones para revisar el acuerdo, creado en la década de 1990 con el fin de proteger las inversiones energéticas internacionales.

Este tratado ha sido objeto de cada vez más críticas por parte de gobiernos europeos y de grupos ecologistas, quienes afirman que socava los esfuerzos por acabar con el uso de los combustibles fósiles porque permite a los inversores extranjeros demandar a los países por las normas que afecten a sus inversiones.

La Comisión Europea presentó el lunes su propuesta de reforma del tratado.

La propuesta, vista por Reuters, pondría fin inmediatamente a las medidas de protección para nuevas inversiones en carbón y petróleo, así como para la energía producida a partir de estas fuentes.

Las nuevas inversiones en infraestructuras eléctricas alimentadas por gas natural mantendrían su protección hasta finales de 2030, si emiten menos de 380g de CO2 por kWh y pueden utilizar gases de baja emisión de carbono.

Si esas centrales de gas sustituyen al carbón, más contaminante, estarían protegidas durante 10 años después de la entrada en vigor de la modificación del Tratado, o hasta 2040 como máximo. Este plazo también se aplicaría a la protección de las inversiones ya realizadas en cualquier combustible fósil.

Según la propuesta de la UE, el tratado protegería el hidrógeno producido con combustibles fósiles, siempre y cuando se recurra a la tecnología de captura de carbono para frenar las emisiones resultantes.

Los países de la UE están divididos sobre la reforma del tratado, y España y Francia plantean la posibilidad de que sea abandonado por los países de la UE.

Los grupos activistas señalan que es poco probable que se produzcan reformas significativas, ya que los cambios propuestos necesitarían el apoyo unánime de todos los signatarios, entre ellos Japón, Turquía y los Estados de la UE a excepción de Italia.

(Información de Kate Abnett; editado por Barbara Lewis, traducido por Flora Gómez en la redacción de Gdansk)