Michael O'Leary, CEO de Ryanair, explica que, a pesar del descenso de la capacidad en Europa y de los retrasos en la entrega de aviones Boeing, los precios de los billetes parecen mantenerse estables o aumentar ligeramente, entre un 0% y un 5%, durante los meses de verano. Esto se atribuye a la resistencia de los consumidores a pesar de las subidas de precios de más del 20% en los dos veranos anteriores.

O'Leary menciona que el periodo de abril a junio es más flojo en cuanto a tarifas, en parte debido al adelanto de la Semana Santa este año, que desplazó algunos viajes de abril a mayo y junio. También señala que sólo se ha vendido el 40% de los asientos para el trimestre de julio a septiembre, lo que deja abierta la posibilidad de que bajen los precios.

Ryanair ha puesto en marcha un programa de recompra de acciones por valor de 700 millones de euros para satisfacer a los accionistas, al tiempo que se centra en las necesidades de los consumidores durante el verano. O'Leary señala que, a pesar de los retos, la compañía ha conseguido controlar bien sus costes, en particular ahorrando 450 millones de euros en combustible durante los próximos doce meses, lo que está ayudando a impulsar las tarifas. Señala una respuesta muy positiva de los consumidores a los recientes incentivos tarifarios, lo que indica que los volúmenes de ventas siguen siendo elevados cuando se ofrecen promociones.

Sin embargo, los retrasos en la entrega de los aviones Boeing están afectando a la capacidad de Ryanair para aumentar los volúmenes durante el periodo punta de viajes, de julio a septiembre. La compañía prevé una fuerte demanda de viajes, pero lamenta el déficit de 20 aviones, que ha llevado a reducir su previsión de tráfico anual de 205 a unos 200 millones de pasajeros. A pesar de estos retos, Ryanair sigue siendo optimista sobre su capacidad para gestionar la situación y responder eficazmente a la demanda de los consumidores.

 


Bloomberg TV proporcionado por MT Newswires

Vídeos de Bloomberg