DUBLÍN, 6 jun (Reuters) - Ryanair exige a los pasajeros sudafricanos que demuestren su nacionalidad antes de viajar en sus aviones rellenando un test en afrikáans, una lengua que sólo utiliza el 12% de la población de Sudáfrica y que durante mucho tiempo se ha identificado con el 'apartheid' y la minoría blanca del país.

La mayor aerolínea europea por número de pasajeros, que no opera vuelos desde y hacia Sudáfrica, dijo que exige a cualquier pasajero de Sudáfrica con destino al Reino Unido que rellene el "sencillo cuestionario", debido a la supuesta elevada prevalencia de pasaportes sudafricanos fraudulentos.

"Si no pueden rellenar este cuestionario, se les denegará el viaje y se les devolverá el importe íntegro (del billete)", dijo un portavoz de la aerolínea irlandesa.

El Alto Comisionado del Reino Unido en Sudáfrica dijo en la red social Twitter que la prueba no es un requisito del Gobierno británico para entrar en territorio británico.

Ryanair dijo que se aplicará a cualquier titular de un pasaporte sudafricano con intención de volar con la aerolínea a Reino Unido desde otra parte de Europa. La aerolínea no respondió inmediatamente a una consulta sobre por qué se aplicará a esas rutas, dado que Reino Unido afirma que no es un requisito de entrada a su territorio.

El afrikáans es la tercera lengua más hablada de las 11 lenguas oficiales de Sudáfrica, utilizada por el 12% de los 58 millones de habitantes del país. Fue considerada la lengua oficial del país hasta el fin de las normas de segregación racial conocidas como 'apartheid' en 1994.

La lengua, que nació de la colonización neerlandesa en Sudáfrica en el siglo XVII, ha sido identificada durante mucho con la segregación racial y se ha asociado con la ideología del 'apartheid', que fue aplicada y propagada principalmente por el Partido Nacional de la minoría blanca sudafricana a partir de 1948.

Su predominio bajo el 'apartheid' se considera un símbolo de la desigualdad impuesta a las generaciones anteriores por las restricciones sobre el lugar donde se podía vivir, trabajar, ir a la escuela y poseer tierras.

(Reporte de Padraic Halpin en Dublín y Promit Mukherjee en Johannesburgo; edición de Alison Williams; traducción de Darío Fernández)