"Obviamente crea incertidumbre política y económica, eso está claro. Es una situación que no gusta a los inversores, ya sean financieros, económicos o industriales", declaró a la prensa el director general Olivier Andries, quien añadió que una posible prórroga del presupuesto de 2024 al año que viene podría perjudicar al sector de la defensa.
El fabricante de motores a reacción Safran, propiedad en un 11% del gobierno francés, es uno de los mayores proveedores aeroespaciales del mundo y sus actividades incluyen sectores estratégicos como la defensa y el espacio.
Andries fue uno de los primeros consejeros delegados franceses de alto perfil y el primer dirigente de un grupo privatizado que abordó las consecuencias de la creciente crisis política de Francia.
La segunda economía de la zona euro se enfrenta a la incertidumbre sobre su presupuesto para 2025 después de que los legisladores de extrema derecha e izquierda derrocaran el miércoles al gobierno en minoría de Michel Barnier.
Si el parlamento no ha aprobado un presupuesto para el 20 de diciembre, una administración provisional podría proponer una legislación de emergencia que prorrogaría los límites de gasto a partir de 2024, a la espera de la instalación de un nuevo gobierno y un nuevo proyecto de presupuesto para 2025.
Andries señaló que éste era el escenario más probable.
"En defensa, eso creará presión", declaró a los periodistas durante una sesión informativa sobre los últimos objetivos financieros del grupo.
"Más allá de eso, dónde aterrizará la presión y cómo la gestionará el ministerio de defensa, no puedo decirlo", dijo, añadiendo: "La presión ya está ahí; la estamos sintiendo".
LISTA DE FÁBRICA
La estabilidad política y económica son algunos de los factores a tener en cuenta en la tan esperada decisión sobre dónde ubicar una nueva fábrica de frenos de carbono, con Francia, Estados Unidos y Canadá en la lista de preseleccionados, dijo Andries, añadiendo que la estabilidad de los precios de la energía sería lo más crítico.
Safran anunció en 2019 sus planes de abrir una nueva fábrica para la producción de frenos de carbono de alto consumo energético en Lyon (Francia).
La idea fue víctima de la pandemia en 2020 y, en 2022, los planes para aprovechar un repunte del transporte aéreo renovando el proyecto se pospusieron otros 18-24 meses al dispararse los precios europeos de la energía tras la invasión rusa de Ucrania.
Safran está estudiando ahora otras opciones además de Francia para la planta, con una decisión prevista para el primer semestre de 2025.
Andries dijo que Safran se fijaría en tres criterios principales: precios competitivos de la energía, suministros estables y limpios basados en energía nuclear o hidráulica y una visibilidad de 10 años sobre los precios.
"Después de eso, hay otros criterios de estabilidad económica y política", dijo.
"La primera opción es obviamente Francia", dijo. Otras incluyen Quebec, donde la energía hidroeléctrica es de las más competitivas, y Oregón, donde los precios de la energía están regulados.
Las empresas manufactureras europeas se están preparando para los posibles aranceles estadounidenses anunciados por la administración entrante de Trump.
Safran se encuentra entre los mayores proveedores de Boeing a través de una empresa conjunta con GE Aerospace para producir motores.
La empresa francesa es también el último proveedor europeo que intenta dirigirse al mayor mercado mundial de defensa y espacio estableciendo una estructura de representación segura en Estados Unidos.