Por Jiyoung Sohn 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

SEÚL -- La industria de los teléfonos inteligentes está empezando a acusar la crisis mundial de semiconductores.

El suministro se está ralentizando y los clientes están viendo cómo suben los precios de manera significativa, algo que no ocurría en años. Algunas empresas han tenido que reducir la producción y retrasar las nuevas entregas. Todo esto ha frenado lo que había sido un sólido comienzo de año.

Los fabricantes de "smartphones" han evitado durante gran parte del año las interrupciones que han afectado a las industrias del automóvil, los ordenadores personales y los electrodomésticos. Los fabricantes de teléfonos compran componentes clave con una antelación de medio año, pero ahora esas reservas han disminuido.

Para Samsung Electronics Co, el mayor productor de teléfonos inteligentes del mundo, los problemas derivados de componentes fundamentales contribuyeron a la caída prevista del 20% en los envíos respecto al trimestre anterior. Google, de Alphabet Inc, dijo que su aparato Pixel 5a de tecnología 5G solo estará disponible en Estados Unidos y Japón, después de que los modelos del año anterior se suministraran de manera más generalizada.

En marzo, la china Xiaomi Corp anunció su último aparato en India llamado Redmi Note 10, a un precio de aproximadamente US$161. Pero este mes el teléfono costaba US$174, un 8% más que el precio original. Xiaomi también lanzó el Mi 11 Ultra en India en abril, pero las ventas se retrasaron y este mes ha sido cuando ha sido posible adquirir el teléfono.

"Muchas industrias en todo el mundo se han visto afectadas por la escasez de chips", explicó un portavoz de Xiaomi.

Las dificultades en la distribución de chips no son uniformes en toda la industria de los "smartphones". Apple Inc., que supone una sexta parte de los 1.300 millones de teléfonos inteligentes vendidos anualmente, ha sorteado el problema por su influencia en la cadena de suministro, según los analistas, al igual que la mayoría de los aparatos de alta gama de Samsung. Sin embargo, el 80% del sector ha sufrido la carencia de componentes.

El suministro mundial de "smartphones" en los tres primeros meses de 2021 subió un 20% respecto al año previo y fue un 4% superior al periodo comparativo de 2019, según Counterpoint Research.

La industria se perfilaba para un sólido comienzo de año a medida que se desplegaban las vacunas, las economías reabrían y la gente volvía a gastar. Las entregas de teléfonos inteligentes habían tocado fondo el año pasado durante el trimestre abril-junio a medida que los países imponían confinamientos.

Este año parece una excepción, a pesar de las elevadas esperanzas. Se espera que el suministro a la industria baje un 10% en el segundo trimestre respecto al primero, estima Counterpoint.

Por su parte, las ventas de "smartphones" para el resto del año también parecen relativamente estables respecto a 2019 y 2020. Counterpoint Research prevé que las entregas de teléfonos inteligentes a escala mundial alcanzarán en el segundo semestre un total de 771 millones de unidades, un 1,3% más que los 761 millones un año antes. La escasez de componentes ha impedido que se consigan mayores beneficios en la segunda mitad, indica Tarun Pathak, responsable de análisis de Counterpoint.

El incremento de los precios de esas piezas resultado de la falta de chips está trasladándose ahora mediante subidas en los precios de los dispositivos. El precio medio al por mayor de los teléfonos subió un 5% en todo el mundo entre marzo y junio, según Strategy Analytics. Esto supone un cambio respecto a los últimos años, cuando los precios no aumentaban más del 2%.

El poder de fijación de precios de la industria de los teléfonos inteligentes debería proteger, si no impulsar, el beneficio neto de las empresas, y los compradores podrían no echarse atrás debido a los costes de los nuevos productos si ven que pueden conectarse a las redes 5G, comenta Neil Mawston, director ejecutivo de Strategy Analytics.

"Los consumidores esperan precios más altos", afirma.

Gran parte del sector está luchando para comprar una serie de semiconductores, apuntan los analistas, y esta pugna es especialmente intensa en lo que respecta a chips de gestión energética, controladores gráficos o procesadores de aplicaciones.

La crisis en el suministro se ha notado recientemente, en los resultados del segundo trimestre de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., el mayor fabricante de chips del mundo por contrato. Sus ventas totales crecieron un 20% interanual. Sin embargo, los ingresos de la compañía de los chips para "smartphones" bajaron un 3%.

En el caso de Samsung, las entregas de teléfonos inteligentes fueron de 77 millones en el primer trimestre, superando las expectativas del mercado. Sin embargo, para entonces, el responsable del negocio de teléfonos móviles del grupo, Dong-jin, había advertido de que la escasez de chips se acusaría en el trimestre entre abril y junio.

Además, el sector ha tenido que lidiar con los rebrotes del Covid-19 que no sólo han reducido el gasto de los consumidores sino también han afectado a la producción de centros de fabricación cruciales en India y Vietnam.

Esas demoras, junto con la falta de semiconductores, han condicionado la cifra total de lanzamientos de nuevos teléfonos: se presentaron cerca de 310 aparatos en la primera mitad de 2021, un 18% menos que los 370 del mismo periodo del ejercicio anterior, de acuerdo con Counterpoint Research.

-Escriba a Jiyoung Sohn a jiyoung.sohn@wsj.com

Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

Editado por MEG y NUC

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July 19, 2021 09:17 ET (13:17 GMT)