En un comunicado, el sindicato exigió a la empresa que sustituyera sus sistemas de calefacción y aire acondicionado, proporcionara uniformes limpios y reparara los equipos para ofrecer un entorno de trabajo más seguro y confortable.

No estaba claro cuánto duraría la huelga ni hasta qué punto se vería afectada la producción.

La vicepresidenta de la UAW, Cindy Estrada, dijo que Stellantis afirmaba no tener dinero para satisfacer las necesidades básicas de sus trabajadores, pero que estaba obteniendo beneficios récord e invirtiendo miles de millones en una nueva planta de baterías.

En mayo, Stellantis y Samsung SDI anunciaron que invertirían más de 2.500 millones de dólares para construir una nueva planta de baterías en régimen de empresa conjunta en Kokomo.

"Después de negociar de buena fe durante dos días y de presentar una oferta que creíamos que abordaba las preocupaciones del sindicato, estamos decepcionados por la decisión de la UAW de abandonar la empresa", dijo Stellantis en un comunicado.

"Buscaremos volver a la mesa lo antes posible".