Presentada en estas páginas hace unas semanas, Sea ha visto cuadruplicarse su valor en el espacio de doce meses. Este renovado optimismo de los inversores contrasta con su continua desconfianza hacia pesos pesados chinos como Alibaba, PDD Holdings y JD.com.
Su división de comercio electrónico Shopee -perfectamente posicionada en la categoría de móviles, que ahora representa las tres cuartas partes de los presupuestos publicitarios en Asia- registró un crecimiento de los ingresos del 41% en el último trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El área de servicios financieros SeaMoney -inspirada en gran medida en el modelo inventado por Alibaba- se está beneficiando directamente de este auge, con un crecimiento de los ingresos del 38% en el último trimestre. En cuanto a los videojuegos, el crecimiento de Garena se está frenando, pero esta evolución era de esperar, ya que poco a poco se está convirtiendo en marginal en la cartera de actividades del grupo.
A raíz de la acusada caída de las acciones del sector tecnológico en el segundo semestre de 2022, Sea y su fundador Forrest Li recibieron un toque de atención para que ofrecieran garantías a los inversores. En 2023 cumplieron la misión, no solo con la reanudación del crecimiento, sino también con unas cuentas de explotación consolidadas en números negros por primera vez.
Como era de esperar, el grupo ha recortado en los presupuestos de I+D y en la remuneración de las opciones sobre acciones. A pesar de los cambios estructurales, resulta difícil saber si este esfuerzo de reducción de costes será sostenible, sobre todo ante las oleadas de Temu, TikTok y demás.