La firma de inversión estadounidense, que posee una participación del 4,4% en la compañía japonesa y lleva al menos un año instándola a realizar cambios, pidió a los accionistas, en una carta reseñada por Reuters, que expresaran su opinión al respecto al consejo de administración de Seven & i.

ValueAct argumentó que una escisión libre de impuestos de 7-Eleven podría completarse mediante una cotización en la Bolsa de Tokio en aproximadamente un año.

El fondo, dirigido por Mason Morfit y que lleva décadas trabajando con empresas entre bastidores, sostiene que una escisión de 7-Eleven reportaría considerables beneficios a los accionistas.

"ValueAct estima que, a lo largo de 10 años, la escisión del 100% del capital de 7-Eleven daría lugar a un valor para el accionista un 80% superior al de mantener la estructura actual del conglomerado", dice la carta.

ValueAct añadió que sus hipótesis son conservadoras porque no tienen en cuenta beneficios como las mejoras de eficiencia en las operaciones estadounidenses de 7-Eleven.

"Entendemos que Seven & i puede combinar 7-Eleven, Inc. y Seven-Eleven Japón y ejecutar una escisión libre de impuestos para lanzar un 7-Eleven campeón global que cotice en la Bolsa de Tokio dentro de unos 12 meses", decía la carta.

Seven & i está llevando a cabo actualmente una revisión estratégica y se ha comprometido a anunciar sus decisiones a principios de marzo. Entre las opciones que se barajan están la venta de la propia Seven & i, la venta o escisión de su negocio de supertiendas o el mantenimiento del statu quo.

ValueAct dijo en su carta que no estaba satisfecha con el ritmo de cambio en la empresa después de que seis nuevos directores se unieran al consejo de administración de la empresa durante el año pasado. "El debate en el consejo de administración sobre la revisión estratégica parece no haberse resuelto tras cuatro meses de deliberaciones", decía la carta, añadiendo que esto podría ser señal de división de opiniones en el consejo o entre los ejecutivos.

El fondo sugirió que los accionistas podrían llegar a un punto muerto dando a conocer sus opiniones.