Shiseido se une a otras marcas de lujo como Richemont, propietaria de Cartier, y Kering, propietaria de Gucci, que se han visto perjudicadas por la ralentización del crecimiento, el aumento de la competencia y el debilitamiento de la confianza de los consumidores en la segunda mayor economía del mundo.
"El estado del mercado chino no permite ser optimista", declaró el presidente de Shiseido, Kentaro Fujiwara, en una rueda de prensa en la que anunció una nueva estrategia empresarial a medio plazo. "Trabajaremos para reconstruir nuestra marca".
El fabricante japonés de maquillaje de alta gama, que recortó sus previsiones de beneficios para todo el año este mes, pretende elevar su margen operativo hasta el 7% en 2026 desde el 3,5% de los 12 meses hasta el 31 de diciembre.
En un plan de negocio desvelado en febrero, la empresa dijo que pretendía elevar su margen de beneficios al 9% el próximo año.
Sin embargo, Shiseido también ha tenido que lidiar con los consumidores chinos que evitan las marcas japonesas tras el vertido de agua tratada procedente de la central nuclear dañada de Fukushima.
"Si nos fijamos en sus ventas online en China, han bajado un 20% en lo que va de año, frente a un mercado que ha bajado un 10%", afirmó Jacques Roizen, director general de consultoría en China de Digital Luxury Group.
"Por tanto, no se trata sólo de un problema del entorno económico chino o de la ralentización del consumo".
Eso significa que Shiseido ha tenido que depender más de las ventas en Japón, impulsadas por la demanda de un número creciente de turistas extranjeros que aprovechan la debilidad del yen para comprar cremas, bases de maquillaje y otros productos más baratos que en su país.
Para aumentar los beneficios en los próximos dos años, Shiseido reducirá aún más los costes, centrándose en Japón el año que viene y en el resto del mundo, excluyendo China, en 2026.
Esos ahorros procederán de recortes en gastos de personal y de producción, dijo Fujiwara.