Hubo un tiempo en que Siemens Energy era la encarnación perfecta de la máxima bursátil "no se puede coger un cuchillo que está cayendo". Acosada por unas pérdidas abismales, un segmento eólico (Siemens Gamesa) en peligro y unas perspectivas poco claras, el grupo estaba sumido en el caos. Los primeros años tras la escisión de Siemens AG a principios del otoño de 2020 prometían un calvario. Pero hoy, las tornas han cambiado. Literalmente.

El despertar comenzó con la enérgica toma de control de la filial de Siemens Gamesa, que dejó de cotizar en bolsa a principios de 2023 para facilitar una gran reestructuración. Y entonces llegó la IA, porque el deslumbrante desarrollo de esta tecnología no se limita a las proezas de los algoritmos, sino que también se apoya en enormes infraestructuras físicas que consumen mucha energía y espacio. Detrás de cada solicitud de ChatGPT o de cada imagen generada por una IA, miles de millones de cálculos requieren centros de datos que absorben cada vez más energía.

Siemens0

La IA se basa en tres factores ineludibles: potencia de cálculo, semiconductores y conectividad. Si bien la fabricación de chips sigue siendo una industria frágil, dependiente de complejas cadenas de suministro internacionales, es sobre todo el vertiginoso consumo energético de los centros de datos lo que está suscitando más preocupaciones. En Estados Unidos, la inversión en estas infraestructuras se ha disparado, registrando un crecimiento anual del 60% desde octubre de 2023, según la Oficina del Censo estadounidense.

Las proyecciones de los analistas de Barclays son mareantes: el consumo eléctrico de los centros de datos estadounidenses podría dispararse entre un 14 y un 21% anual, hasta alcanzar los 560 teravatios hora (TWh) en 2030, lo que equivale al 13% de la demanda total de electricidad actual del país. Y todo ello sin contar el impacto de la minería de criptomonedas, que también requiere un alto consumo energético.

Siemens Energy, un actor que ha recorrido un largo camino

Desde su escisión de Siemens AG en 2020, Siemens Energy ha tenido que hacer frente a algunos retos importantes. Entre los errores estratégicos de su filial eólica Siemens Gamesa (SGRE) y las pérdidas superiores a 4.500 millones EUR en 2023, el grupo tenía mucho de qué preocuparse. Sin embargo, bajo el impulso de su nueva estrategia, basada en torno a tres divisiones (Gas Services, Grid Technologies, Transformation of Industry), la empresa ha logrado encontrar el camino de vuelta a la rentabilidad. De hecho, la previsión media de EBITDA de los analistas es de 2.700 millones EUR este año y de 5.400 millones en 2027. En 2023, el EBITDA fue deficitario en 1.560 millones EUR.

Lo que realmente está entusiasmando a los mercados es el potencial de Siemens Energy para alimentar infraestructuras de inteligencia artificial. Los inversores estaban ávidos de sectores relacionados con la IA distintos de los semiconductores. Los encontraron en la energía y en las empresas que equipan centros de datos (HVAC, generadores, inversores, cableado, racks, etc.). Siemens Energy, Vistra (empresa energética estadounidense) y Vertiv (proveedor estadounidense de soluciones de gestión de la energía) son algunos ejemplos. La referencia es el índice S&P 500.

Siemens

Los centros de datos son gigantes devoradores de energía que requieren soluciones sólidas y sostenibles de producción y gestión de la energía. Ante esta ganancia inesperada, los inversores han dejado de reaccionar negativamente a los reveses de Siemens Gamesa. Las energías renovables ya no son el motor de los altibajos del grupo, lo que ha cauterizado la herida.

Los inversores han aclamado a Siemens Energy y a su alter ego estadounidense GE Vernova en los últimos trimestres. Hace unos años, sin embargo, nadie quería invertir en estos dinosaurios, que vendían turbinas de generación de energía para centrales convencionales, nucleares o hidroeléctricas. Incluso se había convertido en una especie de patata caliente para ver quién se deshacía de ellas más rápido (hola, Alstom). Pero las cosas han cambiado. "GE Vernova y Siemens Energy operan en un duopolio virtual en el campo de las turbinas de gas a gran escala", como señalaba recientemente la empresa de estudios Berenberg. Las dos empresas están presentes asimismo en el sector de la transmisión eléctrica, que también está experimentando un furioso repunte. Tanto es así que los inversores perdonan sus respectivas exposiciones al complicado mercado de los aerogeneradores, hasta el punto de convertirlo en un activo extra en caso de que las cosas mejoren para el sector.

Conclusiones

El tema del "rearme" de las infraestructuras de producción de energía se ha vuelto a poner de moda. Los que llegaron al principio de la historia lo ganaron todo y, como pasa con las buenas ideas, muchos se lanzaron a explotarla. Los rezagados contribuyeron a convertir la prima legítima en exceso. Siemens Energy y GE Vernova están (muy) generosamente valoradas, pero en 2027, si se cumplen las previsiones del mercado, los ratios de la alemana deberían suavizarse rápidamente.