El programa, presentado por el presidente Joe Biden en mayo, pretende impulsar el uso de la fabricación aditiva (AM) por parte de los proveedores.

Impulsada por la impresión 3D, esta tecnología permite construir formas complejas en capas a partir de partículas de plástico o metal. La administración Biden la considera una innovación que permitirá a los fabricantes estadounidenses prosperar y crear puestos de trabajo.

El programa, Additive Manufacturing Forward (AM Forward) está organizado por la organización sin ánimo de lucro Applied Science & Technology Research Organization of America (ASTRO America).

"La crisis de la cadena de suministro no consiste sólo en construir puertos. Se trata de construir piezas, aquí mismo, en las fábricas de las pequeñas empresas de Estados Unidos", dijo el director general de ASTRO America, Neal Orringer.

GE Aviation, Siemens Energy, Raytheon Technologies, Honeywell y Lockheed Martin fueron las primeras empresas en comprometerse.

Los fabricantes afirman que comprarán piezas producidas de forma aditiva a los proveedores estadounidenses más pequeños; formarán a los trabajadores de los proveedores en las nuevas tecnologías aditivas; proporcionarán asistencia técnica y participarán en el desarrollo y la certificación de normas.

Tanto Boeing como Northrop Grumman pretenden aumentar el número de pequeños y medianos proveedores que compiten por los paquetes de cotización de los productos que utilizan la fabricación aditiva. Boeing también tendrá como objetivo aumentar su capacidad de pequeños y medianos proveedores cualificados en un 30% y proporcionar orientación técnica para cumplir los requisitos de cualificación.

"Sabemos que la competitividad de la base industrial de EE.UU., incluida Boeing, depende de la capacidad de un amplio espectro de proveedores que produzcan y posprocesen piezas aeroespaciales críticas", dijo Melissa Orme, vicepresidenta de Boeing para la fabricación aditiva.

Estas tecnologías pueden reducir los plazos de entrega de las piezas y el coste de los materiales en un 90%, y reducir el uso de energía a la mitad.

La Casa Blanca afirma que no hay suficientes empresas estadounidenses que utilicen la impresión 3D u otras tecnologías de fabricación avanzada de alto rendimiento.

Un funcionario de la administración Biden dijo a Reuters que el programa podría ampliarse a los sectores del automóvil o de los semiconductores.