El portavoz Dmitry Peskov se abstuvo de decir que el suministro aumentaría, señalando que era necesario reparar más equipos.

Pero puso una nota relativamente optimista después de que las semanas de incertidumbre sobre la reparación de la turbina en Canadá, y la parada de 10 días del Nord Stream 1 para su mantenimiento anual, hubieran sembrado la duda en Europa sobre si Rusia podría cerrar el gasoducto por completo.

"La turbina se instalará cuando se completen todos los trámites... Y el gas se bombeará en los volúmenes correspondientes, los volúmenes que sean tecnológicamente posibles", dijo Peskov a los periodistas.

Comentaba así un informe del periódico Kommersant según el cual Siemens Energy, que había realizado el mantenimiento de la turbina en Canadá, había entregado a Gazprom la documentación canadiense que permitiría su devolución.

El Kremlin ha negado las acusaciones de los políticos europeos de que está utilizando su influencia energética para "chantajear" a la Unión Europea, que junto con Estados Unidos y otras naciones occidentales ha impuesto oleadas de sanciones a Moscú desde que envió a su ejército a Ucrania el 24 de febrero.

Gazprom reanudó el suministro a través de Nord Stream 1 la semana pasada tras la pausa de mantenimiento de 10 días, pero sólo al 40% de la capacidad del gasoducto.

Rusia ha dicho que se vio obligada a reducir el volumen de gas a ese nivel en junio porque las sanciones occidentales estaban retrasando el regreso de la turbina desde Canadá.

Los políticos europeos han cuestionado esa explicación, y Alemania ha dicho que la turbina en cuestión no debía utilizarse hasta septiembre.

Peskov dijo que había más equipos del Nord Stream 1 que necesitaban ser reparados y que Siemens Energy era consciente de ello.

También dijo que Moscú no estaba interesada en una interrupción completa de los suministros de gas ruso a Europa, que tiene prisa por llenar sus almacenes subterráneos de gas antes de la temporada de invierno.

Peskov dijo que Gazprom no tenía la culpa de los riesgos de almacenamiento, reiterando la línea de Moscú de que los europeos están sufriendo las consecuencias de las sanciones que ellos mismos impusieron contra Rusia.