"Hay sectores industriales enteros, la industria del vidrio y la de las conservas, en los que el racionamiento, en forma de autorretrato, ya ha comenzado, aunque sea de forma silenciosa", dijo Massimiliano Atelli, que dirige el comité del ministerio que evalúa el impacto medioambiental de las nuevas plantas de energía renovable.

"Pero esto no está exento de costes, de costes sociales... porque en el momento en que la producción se ralentiza debemos pensar en los que trabajan en esas industrias", dijo, hablando en una conferencia.

Italia, que el año pasado obtuvo casi el 40% del gas que importó de Rusia, ha cerrado recientemente acuerdos con varios países productores de gas alternativos para reducir su dependencia de Moscú. La mitad del gas se quema para producir electricidad.

Estos acuerdos han permitido a Roma llenar rápidamente sus almacenes de gas, pero no han sido suficientes para proteger a sus industrias de unos costes energéticos que se han disparado.

Esto ha llevado a empresarios y políticos a criticar al gobierno dirigido por el primer ministro Mario Draghi que, a diferencia de Alemania, ha dicho hasta ahora que no es necesario imponer medidas estatales para racionar el gas.

En la misma conferencia, un alto funcionario del operador de la red de gas de Italia, Snam, dijo que el sistema de almacenamiento de gas del país estaría lleno en un 80% en los próximos días.