Su nuevo Director General, el enérgico Slawomir Krupa, parece decidido a enderezar el rumbo. En mayo, su nombramiento al frente de SoGé causó revuelo en el panorama bancario francés, todavía tan homogéneo y silenciado.

Conocido por sus modales a la americana, el franco-polaco pronunció su último discurso la semana pasada al presentar su plan estratégico. Como vimos por la consiguiente caída de la cotización, los inversores le dieron una acogida reservada.

Société Générale, que sigue siendo considerada como un pato cojo, superada en su país por BNP en el mercado corporativo y Crédit Agricole en el mercado minorista, y fuera de juego en Norteamérica, lucha por salir de un ciclo terrible.

El asunto Kerviel, la crisis de las hipotecas de alto riesgo, la crisis del euro, las repetidas pérdidas en las actividades comerciales, la rebaja de la calificación de su banco de inversión, los tipos de interés por los suelos, el caso Berezina en Rusia... Sólo falta la desagradable sorpresa de África, donde SoGé obtuvo el año pasado más de una décima parte de su beneficio neto consolidado.

El grupo bancario se valora actualmente a x0,3 de sus fondos propios, a pesar de un historial de rentabilidad ciertamente muy modesto en la última década, pero no por ello menos positivo, en torno al 5% anual de media.

En comparación, con una rentabilidad equivalente a lo largo del ciclo y un apalancamiento comparable, Crédit Agricole se valora a x0,6 de los fondos propios. En cambio, BNP Paribas se valora a x0,7 de los fondos propios, con un apalancamiento inferior y una rentabilidad media del 7%.

Es cierto que el plan presentado por Krupa -que repetía todos los tópicos del género- carecía singularmente de sustancia. Sin embargo, tiene razón al señalar que el valor de los fondos propios tangibles de SoGé aumentó un 50% durante el mandato de su predecesor, mientras que la cotización de la acción disminuyó en la misma proporción.

Pero, ¿es este descuento un indicador relevante para los inversores? Vacunados, los inversores no esperan mucho crecimiento de SoGé. Por tanto, es lógico que la evalúen en función de su rentabilidad por dividendo: un 7,5% al precio actual, lo que representa una prima de riesgo de exactamente un 3% sobre la rentabilidad a diez años.

Una prima de riesgo del 3% sobre el llamado tipo sin riesgo no parece absurda cuando se es accionista de un grupo bancario, sobre todo de uno con un historial tan pobre... Es más, desde la subida de los tipos de interés, el mercado está lleno de buenos pagadores de dividendos valorados sobre una base comparable, a pesar de un perfil de riesgo mucho más bajo.

La historia demuestra que los bancos en quiebra son difíciles -¿imposibles? - de salvar. El precedente de Credit Suisse, los incurables males de los bancos alemanes e italianos y el bajo rendimiento crónico de Citigroup son ejemplos ilustrativos.

Sin embargo, cada uno de estos grupos tiene -o tenía- una franquicia sólida en un área u otra, por ejemplo en gestión de patrimonios, banca de inversión o exposición a mercados emergentes.

Nada de esto ocurre en Société Générale, que es demasiado generalista y, por tanto, necesita urgentemente una reorientación.

Clasificaciónes Surperformance de Société Générale

Fuente: MarketScreener