La japonesa Sony recortará unos 900 puestos de trabajo en su unidad PlayStation y cerrará un estudio en Londres, según anunció el martes, en un momento en que la industria del videojuego lucha por recuperarse de una caída post-pandémica.

Los despidos afectarán a cerca del 8% de la plantilla de la división en regiones que van desde América hasta Asia y se producen días después de que Sony redujera drásticamente las expectativas de ventas anuales de su consola PlayStation 5.

"Hemos llegado a la conclusión de que las decisiones difíciles se han vuelto inevitables", dijo el jefe de juegos de Sony, Jim Ryan, culpando de ello a los cambios en la forma en que la industria del videojuego desarrolla, distribuye y lanza productos. Ryan se jubilará en marzo.

La medida alinea a Sony con empresas de la talla de Microsoft y Riot Games, propiedad de Tencent, que también han despedido a miles de empleados en los últimos meses debido a la lenta recuperación del mercado del videojuego.

El mercado mundial de los videojuegos creció sólo un 0,6% el año pasado, hasta 184.000 millones de dólares, según el rastreador de la industria Newzoo, aunque eso fue mejor que un descenso de más del 5% en 2022.

Los despidos también afectarán a otros estudios de Sony, entre ellos el estadounidense Insomniac Games, que trabajó en juegos como "Marvel's Spider-Man 2", y Naughty Dog, el estudio detrás de "The Last of Us".

Sony había dicho a principios de este mes que espera un descenso gradual en las ventas de unidades de la PlayStation 5 a partir del próximo año fiscal y que no planea lanzar ningún título de franquicia importante en el próximo año fiscal.

El dispositivo ha acumulado unas ventas de más de 50 millones de unidades desde su lanzamiento a finales de 2020, tras unos primeros años lentos en los que la escasez de suministros provocada por la pandemia limitó la producción de dispositivos del conglomerado del entretenimiento.