Starbucks, con sede en Seattle, tiene 130 tiendas en Rusia, operadas por su licenciatario Alshaya Group, con casi 2.000 empleados en el país.
La decisión de Starbucks de reducir sus operaciones en Rusia es diferente al enfoque que han adoptado otras empresas extranjeras.
McDonald's dijo la semana pasada que vendía sus restaurantes en Rusia a su licenciatario local Alexander Govor para que los renombrara con un nuevo nombre, pero conservará sus marcas comerciales, mientras que la francesa Renault está vendiendo su participación mayoritaria en el mayor fabricante de automóviles de Rusia con una opción de recompra de la participación.
Una serie de otras empresas occidentales, como Imperial Brands y Shell, están cortando sus vínculos con el mercado ruso acordando la venta de sus activos en el país o entregándolos a gestores locales.
En marzo, Starbucks cerró sus tiendas y suspendió toda actividad comercial en Rusia, incluido el envío de sus productos al país, tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
La empresa, que abrió su primer establecimiento en Rusia en 2007, dijo que seguirá apoyando a sus empleados allí, incluso pagándoles durante seis meses.
Starbucks no dio detalles sobre el impacto financiero de la salida. McDonald's había dicho que asumiría un cargo principalmente no monetario de hasta 1.400 millones de dólares.