La compra por parte del Gobierno italiano de una participación en Stellantis, empresa matriz de Fiat, no está en los planes, pero podría estarlo si el fabricante de automóviles lo solicitara, declaró el viernes el ministro de Industria, Adolfo Urso.

Urso planteó la posibilidad de que Roma comprara acciones de Stellantis el 1 de febrero, en medio de una disputa sobre el compromiso de la empresa con Italia, pero desde entonces ambas partes han hecho comentarios conciliadores para aliviar las tensiones.

"Hoy (...) es obvio que esto está fuera de la agenda", dijo el ministro en una entrevista a la radio pública RAI.

"Está claro que si la empresa dijera 'necesitamos absolutamente una participación pública italiana' entonces se produciría un debate, una confrontación, pero no está en la agenda de hoy", añadió Urso.

El presidente de Stellantis, John Elkann, afirmó en junio que la empresa no necesitaba al Estado italiano como accionista.

Creada en 2021 por la fusión de la francesa PSA, fabricante de Peugeot, y la italoamericana Fiat Chrysler, Stellantis representa prácticamente toda la producción automovilística italiana.

La primera ministra, Giorgia Meloni, ha acusado en varias ocasiones al grupo de anteponer los intereses de Francia a los de Italia, calificando el nacimiento del grupo como una "supuesta" fusión que "en realidad encubría una adquisición francesa". El gobierno francés posee el 6% de Stellantis.

Sin embargo, el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, reiteró el jueves el compromiso acordado con Roma de aumentar la producción del fabricante de automóviles en Italia hasta un millón de vehículos a finales de la década, frente a los cerca de 750.000 del año pasado.

Sus comentarios parecieron calmar los temores sobre posibles cierres de plantas en Italia, en particular del complejo de Mirafiori, en Turín, y de Pomigliano, cerca de Nápoles. (Reportaje de Giuseppe Fonte Edición de Alvise Armellini y Mark Potter)