(Alliance News) - La crisis del sector del automóvil ha puesto bajo presión a la industria y a su cadena de suministro en Europa y EE.UU., poniendo de manifiesto la dificultad a la que se enfrentan los fabricantes para gestionar una transformación trascendental de la cadena de valor.
En este contexto, John Elkann, presidente del consejo de administración de Stellantis NV, como señala Corriere della Sera, se enfrenta a decisiones fundamentales para el futuro de la empresa, tras la turbulenta salida del director general Carlos Tavares.
Elkann ha reiterado recientemente su deseo de consolidar Stellantis como entidad independiente, sin más fusiones ni adquisiciones, teniendo en cuenta el tamaño ya competitivo del grupo gracias a la fusión entre PSA y FCA. Ha descartado la venta de las 14 marcas del grupo, en particular a rivales chinos, prefiriendo reforzar el eje franco-italiano, en línea con la tradición de capitalismo familiar querida a la memoria de su abuelo, el Avvocato.
Tavares, que deja Stellantis tras un enfrentamiento sobre las estrategias futuras, percibía unos honorarios anuales de unos 40 millones de euros y podría recibir una indemnización cercana a los 100 millones de euros. Sin embargo, su mandato estuvo marcado por importantes contratiempos: el cierre temporal hasta enero de 2025 de las plantas de Pomigliano, Mirafiori, Cassino y Melfi, y el traslado de la producción de modelos clave como el Panda, el Lancia Ypsilon y el Jeep Avenger.
Las ventas de Stellantis se desplomaron un 17% en octubre en comparación con el año anterior, con menos de 130.000 coches vendidos en Europa y una cuota de mercado reducida al 14,4%. Los ingresos del tercer trimestre cayeron un 27%, hasta 33.000 millones de euros, debido al descenso de las entregas y a los efectos negativos de los precios y los tipos de cambio.
Elkann, que dirigirá la empresa a través de un comité ejecutivo, deberá decidir si continúa por el camino de la movilidad eléctrica o se centra temporalmente en los vehículos híbridos para hacer frente al difícil momento económico. También tendrá que limar asperezas con los sindicatos, muy críticos con la gestión de Tavares, a la que acusan de favorecer la deslocalización y descuidar el diálogo con los trabajadores.
Elkann ya ha iniciado el proceso de selección de un sucesor, con el objetivo de encontrar un líder capaz de responder a las expectativas de los accionistas y relanzar las fábricas italianas.
Entre las opciones estratégicas, podría surgir una colaboración con Renault SA, lo que supondría un paso más hacia el fortalecimiento del eje franco-italiano. Mientras tanto, Elkann se prepara para gestionar una fase delicada, intentando recuperar la confianza de los trabajadores y del mercado, al tiempo que mantiene vivo el legado de Stellantis como actor global en el sector del automóvil.
Por Giuseppe Fabio Ciccomascolo, reportero senior de Alliance News
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