El directivo no entró en detalles sobre sus desacuerdos con el consejo del fabricante de automóviles, pero dijo que la decisión de abandonar la empresa fue tomada conjuntamente por él y el presidente John Elkann.
Fuentes cercanas a la situación dijeron a Reuters que la repentina dimisión se debió a los objetivos fijados por Tavares, que algunos miembros del consejo consideraron poco realistas o perjudiciales.
Tavares declaró al periódico que la principal preocupación era "proteger a la empresa para que una diferencia de puntos de vista no creara el riesgo de crear un desequilibrio en su seno".
"Una empresa que tiene 250.000 empleados, unos ingresos de 190.000 millones de euros, 15 marcas vendidas en todo el mundo, no puede ser dirigida con una falta de alineación, lo que tiene un impacto inmediato en la gestión estratégica", explicó.
A la pregunta de si se sentía afectado por el resultado, respondió: "no, en absoluto", y añadió que habría actuado de la misma manera aunque hubiera podido volver atrás.
El enfoque de Tavares, considerado uno de los ejecutivos más respetados de la industria automovilística, se puso en tela de juicio después de que un desplome de las ventas en EE.UU. llevara al grupo a emitir un profit warning sobre sus resultados de 2024 en septiembre.
En la entrevista, la primera concedida tras su dimisión, Tavares describió el momento actual de la industria automovilística como el inicio de un periodo "darwiniano".
'Cuando te enfrentas a una tormenta, tienes que dirigir el barco según las olas. No se puede discutir sobre la mejor manera de afrontarlas'.
(Traducido por Laura Contemori, edición de Sabina Suzzi)