Taiwán es la sede del mayor fabricante de chips por contrato del mundo, TSMC, y es un importante productor de semiconductores utilizados en todo tipo de productos, desde lavadoras y teléfonos móviles hasta centros de datos y aviones de combate.

"El éxito continuado de esta industria se produce frente a los desafíos globales sin precedentes de los últimos tiempos, incluyendo una considerable incertidumbre en torno a las cadenas de suministro", dijo Tsai en un foro de la industria en Taipei a última hora del miércoles, según los comentarios publicados por su oficina.

"Incluso hoy siguen surgiendo nuevos retos que hacen que la situación sea más volátil. Pero, como en el pasado, nuestro gobierno trabajará estrechamente con la industria para superar estos tiempos difíciles", añadió.

"Una y otra vez Taiwán ha demostrado su agilidad y resistencia para superar los retos y garantizar que nuestra industria de semiconductores mantenga su estatus de líder mundial".

Tsai no especificó a qué retos se enfrenta la industria, pero desde que comenzó la pandemia del COVID-19 uno de los principales problemas ha sido la escasez de chips, que ha dificultado la producción de automóviles y de algunos productos electrónicos de consumo.

La demanda de los consumidores a nivel mundial está disminuyendo ahora debido a la creciente inflación, los temores de recesión en las principales economías occidentales y el impacto de la guerra en Ucrania, lo que podría afectar a las empresas de chips taiwanesas y a la economía de la isla, orientada a la exportación.

Aunque el gobierno ha animado a las empresas taiwanesas a construir fábricas en Estados Unidos, el más importante respaldo internacional de Taiwán, también ha trabajado para asegurarse de que mantiene su posición de liderazgo mundial.

"Cuando se trata de los chips más avanzados, Taiwán siempre va a la cabeza", dijo Tsai.