La inversión de Intel en Italia forma parte de un plan más amplio anunciado por el fabricante de chips estadounidense a principios de este año para invertir 88.000 millones de dólares en la creación de capacidad en toda Europa, que se esfuerza por reducir su dependencia de las importaciones de chips asiáticos y aliviar una crisis de suministro que ha frenado la producción en el estratégico sector automovilístico de la región.

Pidiendo no ser nombradas debido a lo delicado del asunto, las fuentes dijeron que el gobierno del primer ministro saliente, Mario Draghi, estaba trabajando para tener un acuerdo a finales de agosto, antes de unas elecciones nacionales anticipadas previstas para el 25 de septiembre.

Las fuentes han dicho previamente a Reuters que Roma está dispuesta a financiar hasta el 40% de la inversión total de Intel en Italia, que se espera que aumente con el tiempo desde los 5.000 millones de dólares iniciales.

Tanto la oficina de Draghi como Intel declinaron hacer comentarios.

La fábrica utilizaría nuevas tecnologías para tejer chips completos a partir de tejas.

Intel y el gobierno han preseleccionado posibles emplazamientos en dos regiones italianas, dijeron las fuentes, y una de ellas añadió que se encuentran en las regiones norteñas de Piamonte y Véneto.

Todavía no se ha tomado una decisión definitiva sobre dónde construir la instalación, dijeron ambas fuentes. Las regiones de Lombardía, Apulia y Sicilia también habían sido consideradas inicialmente.

Todavía no está claro el tamaño total de la inversión de Intel ni cómo piensa Italia financiar su parte.

En el marco de la llamada Ley Chips, destinada a financiar instalaciones innovadoras de semiconductores, la Comisión Europea dijo a principios de este año que había puesto a disposición 15.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas adicionales para 2030. Esto se suma a los 30.000 millones de euros de inversiones públicas ya previstas procedentes de NextGenerationEU, Horizonte Europa y los presupuestos nacionales.

Hasta ahora, Roma ha reservado 4.150 millones de euros hasta 2030 para atraer a los fabricantes de chips e invertir en nuevas aplicaciones industriales de tecnologías innovadoras.

El gobierno también está en conversaciones con la empresa franco-italiana STMicroelectronics, los fabricantes de chips de Taiwán MEMC Electronic Materials Inc y TSMC, y la israelí Tower Semiconductor, que Intel compró a principios de este año.

STMicroelectronics firmó el mes pasado un pacto con GlobalFoundries para construir una fábrica de chips de 5.700 millones de dólares en Francia.

(1 dólar = 0,9827 euros)