El mes pasado, Rami Baitiéh, el antiguo jefe de Carrefour Francia que se convirtió en consejero delegado de Morrisons en noviembre, dijo que no estaba satisfecho con los resultados del grupo y que estaba trabajando en planes de mejora.

El rápido crecimiento de los establecimientos de descuento desde la crisis financiera de 2008 ha obligado a las cadenas tradicionales británicas a invertir más en valor para tratar de proteger sus posiciones en el mercado.

El líder del sector, Tesco, y el nº 2, Sainsbury's, han atribuido a sus planes de igualación de precios de Aldi el mérito de frenar el flujo de compradores hacia las tiendas de descuento, que entre ambas han acaparado una cuota del 17% del mercado británico de comestibles.

El nº 3, Asda, lanzó un plan similar el mes pasado.

Morrisons dijo que a partir del lunes se igualarían los precios de más de 200 artículos con los de los discounters, incluyendo artículos esenciales como leche, copos de maíz, tomates enlatados, arroz, pan, carne picada de vacuno, filetes de pollo, plátanos y zanahorias.

Los precios se comprobarán dos veces por semana y, si es necesario, se ajustarán.

Morrisons, propiedad desde 2021 del grupo estadounidense de capital riesgo Clayton, Dubilier & Rice, se diferencia de sus principales rivales en que también tiene sus propias operaciones de producción y elabora la mitad de los alimentos frescos que vende.

Baitiéh ha dicho que dará una actualización de la estrategia en marzo.