Boeing nombró a la ex ejecutiva de Rockwell Collins Kelly Ortberg como su nueva Presidenta y Consejera Delegada, encargando a la veterana de la industria aeroespacial dar un vuelco al fabricante de aviones en dificultades.

El nombramiento se produce tras meses de deliberaciones por parte de Boeing mientras intenta salvar su reputación y aborda cuestiones en torno a la seguridad después de que un avión MAX 9 operado por Alaska Airlines sufriera el reventón de un panel en pleno vuelo.

He aquí algunos datos sobre Kelly Ortberg, que comienza su nuevo trabajo el 8 de agosto:

¿QUIÉN ES ORTBERG?

Ortberg, de 64 años, es natural de Dubuque, Iowa, y cuenta con más de tres décadas de experiencia en la industria aeroespacial. Es licenciado en ingeniería mecánica por la Universidad de Iowa.

CARRERA

Ortberg comenzó su carrera como ingeniero en el fabricante de semiconductores Texas Instruments antes de pasar al proveedor de electrónica aeronáutica Rockwell Collins como director de programa y ocupar puestos clave de liderazgo en la empresa antes de convertirse en su director general en 2013.

Dirigió la fusión de la empresa con United Technologies y RTX hasta su jubilación en 2021.

Durante su mandato en Rockwell Collins, Ortberg también supervisó los programas de desarrollo de la empresa para el Airbus A350 XWB, el Boeing 787 y el Bombardier CSeries.

Ortberg también forma parte del consejo del proveedor de piezas de automoción Aptiv PLC y solía presidir la Junta de Gobernadores de la Asociación de Industrias Aeroespaciales (AIA).

¿QUÉ SE ESPERA?

Ortberg se centrará en guiar a Boeing a través de sus obstáculos de seguridad y reglamentarios, mientras el fabricante de aviones estadounidense intenta alcanzar a su rival Airbus.

"Hay mucho trabajo por hacer y estoy deseando empezar", declaró Ortberg tras ser nombrado consejero delegado de Boeing.

Aparte del fiasco de Alaska Airlines, la nave espacial Starliner de Boeing lleva atracada en la ISS desde el 6 de junio tras transportar allí a su primera tripulación de astronautas, después de que su misión de prueba se prolongara tras una serie de problemas relacionados con sus propulsores y fugas de helio.

La compañía publicó

unas pérdidas de 1.400 millones de dólares

en el último trimestre comunicado y sigue quemando efectivo.