Los partidarios afirman que la minería de los fondos marinos contribuirá a aumentar el suministro de materias primas como el cobalto y el níquel, necesarias para la transición energética mundial, pero los críticos afirman que podría destruir los ecosistemas e interrumpir las rutas migratorias.
Hasta 27 países están pidiendo la paralización, al menos temporal, de las actividades, y Hawai se convirtió la semana pasada en el cuarto estado del Pacífico estadounidense en emitir una prohibición total.
Reunido en Kingston (Jamaica) hasta el 26 de julio, el consejo de la AIS, compuesto por 36 miembros, negociará el último borrador de un "código minero" largamente esperado, destinado a regular la exploración y extracción de "nódulos polimetálicos" y otros yacimientos en los fondos oceánicos.
"Creo que en esta sesión quedará muy claro que aún queda mucho camino por recorrer", declaró Pradeep Singh, especialista en gobernanza de los océanos del Instituto Potsdam de Alemania, afirmando que los países siguen divididos sobre el texto final.
A muchos les preocupa que el código se esté aprobando a toda prisa sin el debido escrutinio y quieren ralentizar el proceso, afirmó Singh.
Aunque a muchos les preocupan los riesgos medioambientales, otros también buscan claridad sobre cómo se repartirán finalmente los beneficios de la explotación minera de los fondos marinos.
Las prisas por completar el código minero fueron provocadas por el estado insular del Pacífico de Nauru, que se espera que presente una solicitud de licencia minera en nombre de la canadiense The Metals Company (TMC) a finales de este año, independientemente de si la normativa está completa o no.
"Un número creciente de estados están diciendo que no, que no permitiremos que eso ocurra", dijo Singh. "Esos estados que piden una pausa siguen comprometidos con la negociación de la normativa, así que no es como si estuvieran diciendo que no quieren que se lleve a cabo la minería de aguas profundas".
Tras la sesión del consejo, la Asamblea de la AIS, compuesta por 168 miembros, se reunirá también el 29 de julio para elegir a un secretario general, en la que la brasileña Leticia Carvalho se presentará contra el actual titular, Michael Lodge.
Nueve países -entre ellos Chile y Francia- también pedirán a la Asamblea que debata políticas específicas para salvaguardar el medio marino en caso de que se autorice el inicio de la explotación minera. China bloqueó una propuesta similar el año pasado.
La TMC ha reconocido que la minería de aguas profundas tendrá un impacto medioambiental, pero es menos perjudicial que la terrestre, y es necesario hacer concesiones para garantizar el suministro transitorio de minerales.
Pero aparte de los riesgos medioambientales, nadie ha podido establecer aún el argumento económico y técnico para explotar maquinaria industrial pesada en las profundidades del océano, especialmente a medida que aumentan los costes, dijo Victor Vescovo, inversor estadounidense y explorador de aguas profundas.
"Es un mal argumento comercial que no hace más que empeorar", afirmó. (Reportaje de David Stanway, Edición de Angus MacSwan)