"Los efectos inmediatos de la guerra parecen ser limitados y contenidos. Eso es lo que escuchamos de nuestros socios en la industria", dijo a Reuters el director ejecutivo Harold Goddijn.

Entre los clientes de TomTom se encuentran los fabricantes de automóviles Stellantis, Volkswagen, Renault y Toyota Motor Corp.

Goddijn dijo que la presencia del grupo en Rusia es históricamente muy limitada y que no tiene ningún cliente en Ucrania.

Añadió que algunas fábricas en Ucrania pertenecientes a los fabricantes de automóviles o a sus proveedores seguían trabajando, aunque no a plena capacidad.

Goddijn estimó que los fabricantes de automóviles han perdido alrededor del 8% de su capacidad de producción en comparación con el año pasado, pero el impacto se ha visto amortiguado por el aumento de los precios de los coches nuevos.

"En términos de rentabilidad, los fabricantes de automóviles no se quejan; es una situación un poco extraña", dijo.

Según Goddijn, la industria espera que las limitaciones de la oferta, que han obligado a los fabricantes de automóviles de todo el mundo a recortar la producción, desaparezcan en 2023.

La empresa, con sede en Ámsterdam, mantuvo su previsión de ingresos para todo el año entre 470 y 510 millones de euros (512,86 millones de dólares - 556,51 millones de dólares), con 380-420 millones de euros generados por su negocio principal de tecnología de localización.

"En nuestra orientación, habíamos asumido que 2022 no será un año fácil", dijo Goddijn, añadiendo que en el primer trimestre todo fue según lo previsto.

TomTom registró una pérdida operativa de 19,8 millones de euros en los tres primeros meses del año, frente a la pérdida de 20 millones de euros que esperaban los analistas.

También reafirmó sus previsiones de ingresos y flujo de caja para el próximo año.

(1 dólar = 0,9164 euros)