Rentabilidad resistente a pesar de la estacionalidad
En los tres primeros meses del año, TSMC registró una facturación de 839.300 millones de dólares taiwaneses (TWD), lo que supone un ligero descenso del 3,4% pero se ajusta a las expectativas del mercado. El beneficio por acción se situó en 13,94 TWD, mientras que el margen bruto, aunque algo inferior, se mantuvo sólido en el 58,79%, en reflejo de una gestión rigurosa en un contexto de escasa dinámica de la demanda en el segmento de los teléfonos inteligentes. Las previsiones para el segundo trimestre apuntan a una vuelta gradual al crecimiento, con un aumento de la facturación de entre el 5 y el 8%, impulsado por la aceleración de los procesos avanzados (N3/N5). No obstante, el margen bruto debería contraerse ligeramente por el aumento de la producción de la fábrica estadounidense y se situaría en el rango del 57 al 59%.
La inteligencia artificial como motor, pero no como panacea
La inteligencia artificial, auténtico catalizador de la demanda, sigue siendo un pilar estratégico para TSMC, que prevé duplicar sus ingresos procedentes de los aceleradores de IA en 2025. Esta tendencia se inscribe en un ciclo de crecimiento sólido y prolongado que la empresa pretende aprovechar al máximo gracias a su avance tecnológico y a sus vanguardistas capacidades de producción. En este sentido, prevé llevar a cabo, hasta el período 2028-2029, una parte mayoritaria de la fabricación de chips avanzados en Estados Unidos, consolidando así su papel clave en la soberanía tecnológica estadounidense. Sin embargo, esta dinámica no oculta las señales de moderación en otros segmentos, empezando por los teléfonos inteligentes, el internet de las cosas y la automoción, en los que la recuperación sigue siendo tímida.
Fuerte aumento de la inversión en capital fijo y del compromiso con Estados Unidos
TSMC prevé realizar inversiones este año valoradas en entre 38.000 y 42.000 millones USD, es decir, un aumento del 27 al 41% en términos interanuales. Estas inversiones se destinan principalmente a financiar los nodos tecnológicos avanzados (N5, N3, N2), pero también a intensificar la presencia industrial del grupo en Estados Unidos. El proyecto estrella sigue siendo la fábrica de Arizona, que en última instancia debería producir hasta el 30% de los semiconductores más avanzados del grupo. Esta planta representa un eje estratégico en el contexto actual de relocalización de las cadenas de valor, al tiempo que responde a las exigencias políticas estadounidenses de reducir la dependencia de Asia.
Presiones normativas y gestión de los riesgos de cumplimiento
En un contexto de tensiones persistentes entre China y Estados Unidos, el cumplimiento normativo se está convirtiendo en un reto fundamental para TSMC. La empresa ha sido objeto de una mayor atención recientemente tras descubrirse que algunos de sus chips, fabricados para un cliente externo, habían sido desviados a Huawei, infringiendo las sanciones estadounidenses. TSMC afirma haber interrumpido los envíos en cuestión, haber alertado a las autoridades competentes el pasado mes de octubre y estar reforzando sus mecanismos de control interno. Sin embargo, subraya que su posición como fundidora —fabricante sin implicación en el diseño o la distribución de los productos finales— limita su capacidad para rastrear el uso final de sus chips, lo que abre la puerta a posibles maniobras de elusión por parte de intermediarios.
Liderazgo tecnológico imbatible
A pesar de estas incertidumbres, TSMC mantiene una ventaja significativa sobre sus competidores en materia de procesos avanzados y embalaje, dos ventajas distintivas clave en el mundo de los semiconductores. El grupo se mantiene cauteloso ante las ambiciones de Intel en el ámbito de las fundiciones, ya que considera que la amenaza competitiva sigue siendo limitada a medio plazo. Además, ha puesto fin a las recientes especulaciones al negar cualquier proyecto de empresa conjunta o transferencia de tecnología con el fabricante de circuitos.
Perspectivas bursátiles
En el plano bursátil, se considera posible un repunte a corto plazo, salvo que se produzca una revisión de los beneficios por acción que empañe su trayectoria. A medio plazo, la solidez del modelo de negocio, la disciplina del capital y el posicionamiento estratégico de TSMC la convierten en un actor imprescindible en la transición digital mundial, cuya exposición a los temas más prometedores del momento no deja de aumentar: inteligencia artificial, soberanía tecnológica e innovación avanzada. A pesar de las turbulencias geopolíticas y los retos normativos, TSMC demuestra una notable capacidad para navegar en un entorno exigente, manteniendo al mismo tiempo una trayectoria de crecimiento ambiciosa pero realista. Un rigor industrial al servicio de una estrategia a largo plazo bien controlada que lo identifica como líder.