La policía portuguesa y agentes fiscales registraron el martes las instalaciones de Uber Technologies en Lisboa como parte de una investigación más amplia y de redadas dirigidas contra algunos de sus socios repartidores, pero no contra la unidad local de la empresa con sede en Estados Unidos, según informó Uber.

En un comunicado, Uber confirmó los registros y dijo que "Uber no es la entidad objetivo". Estaba colaborando con las autoridades y facilitando toda la información solicitada.

La Fiscalía dijo en un comunicado separado que los agentes llevaron a cabo 65 registros el martes en una investigación por presunto fraude fiscal por valor de 28 millones de euros (30 millones de dólares).

El presunto fraude implicaba a socios que prestaban servicios de entrega a una empresa comercial no identificada, que supuestamente "se beneficiaban de la emisión de facturas que no se correspondían con los servicios realmente prestados", decía el comunicado.

(1 dólar = 0,9412 euros) (Reportaje de Patricia Rua, redacción de Andrei Khalip)