FRÁNCFORT, 9 nov (Reuters) - Los inversores que esperaban grandes repartos de beneficios de los bancos de la zona del euro podrían verse decepcionados, ya que los supervisores bancarios les están instando a conservar capital ante el deterioro de las perspectivas económicas, dijeron fuentes a Reuters.

Bancos como UniCredit y Société Générale han presentado beneficios extraordinarios que les han llevado a anunciar dividendos y recompras de acciones, al ver sus cuentas potenciadas por las alzas de los tipos de interés y un auge de la intermediación financiera tras más de una década de resultados moderados.

Sin embargo, con la zona del euro abocada a la recesión y los supervisores instando a la cautela, es probable que a los banqueros les resulte más difícil recompensar a sus accionistas con tanta generosidad el próximo año, ya que sus reservas de capital pueden ser menores de lo que esperan ahora, dijeron tres fuentes conocedoras de la supervisión bancaria.

El Banco Central Europeo (BCE), que supervisa los bancos de la zona del euro, cree que algunos bancos mantienen perspectivas demasiado optimistas sobre la economía, basadas en modelos que no pueden captar plenamente los daños de la actual racha de inflación, dicen las fuentes,

Un portavoz del BCE declinó hacer comentarios.

Morgan Stanley estima que los bancos de la zona del euro distribuirán 40.000 millones de euros (40.000 millones de dólares) en dividendos en 2022, además de otros 60.000 millones de euros en recompra de acciones entre este año y el próximo, lo que supone un reparto desmesurado en comparación con los estándares recientes.

Pero las perspectivas de los pagos futuros ya se están atenuando.

La italiana Intesa Sanpaolo ha aplazado hasta al menos principios del año que viene la mitad de una recompra de 3.400 millones de euros que el BCE aprobó en junio, a la espera de ver la gravedad de la contracción económica de Italia.

"No es una buena idea desembolsar capital durante una recesión", dijo a los analistas la semana pasada el consejero delegado de Intesa, Carlo Messina.

Y el banco central de Suecia dijo el miércoles a los bancos del país "que sean restrictivos en cuanto a los grandes pagos de dividendos y recompras de acciones".

Este año, el BCE ha dado luz verde a todas las recompras que se presentaron para su aprobación, incluidas las de UniCredit, Société Générale e ING, dijo una de las fuentes.

Esto supuso un alivio para los accionistas, que seguían sufriendo una prohibición de facto de la retribución en el momento álgido de la pandemia de COVID-19 en 2020.

Pero algunos banqueros consideran que el proceso de aprobación de las recompras por parte del BCE es demasiado oneroso, según fuentes del sector, lo que se suma a su frustración por la decisión del BCE de dar carpetazo a los préstamos subvencionados a la banca y la percepción de intromisión en sus decisiones operativas.

Pero el máximo supervisor del BCE, Andrea Enria, también ha pedido a los bancos que sean prudentes en el futuro y que tengan en cuenta el riesgo de recesión cuando planifiquen futuros pagos.

"Hay una preocupante disonancia entre estas expectativas positivas y la combinación única de riesgos a la que nos enfrentamos actualmente", dijo esta semana Enria, que preside el consejo de supervisión del BCE.

Los banqueros se han defendido, reconfortados por unos colchones de capital mucho mayores que en la época de la crisis financiera, así como por el aumento previsto de los beneficios por la subida de los tipos de interés.

Después de fijar una cifra dura para la remuneración de los accionistas en el marco de un plan hasta 2024, desafiando la preferencia del BCE sobre los ratios de reparto, el consejero delegado de UniCredit, Andrea Orcel, incluso se comprometió a igualar el objetivo de distribución de 3.750 millones de euros de este año en 2023.

Y el director financiero de Deutsche Bank, James von Moltke, dijo el miércoles que el BCE y otras instituciones "deberían pasar a defender a los bancos para que ayuden a la economía en lugar de no hacerlo".

Pero algunos analistas consideran que la realidad económica, al margen de cualquier exigencia de los supervisores, puede hacer cambiar de opinión a los banqueros.

"Con la economía entrando en recesión, el tiempo de las retribuciones masivas de los bancos ha terminado", dijo Marco Troiano, director general de Scope Ratings. "Agotar los colchones de capital debilitaría a los bancos".

(1 dólar = 0,9945 euros)

(Edición de Mark Potter; editado en español por Darío Fernández)