Alemania aspira a convertir el hidrógeno libre de emisiones en una parte crucial del sector energético para 2030, aunque la interrupción del suministro de gas tras la invasión rusa de Ucrania ha obligado al país a recurrir a formas de energía contaminantes a corto plazo, mientras persigue el combustible renovable como objetivo a más largo plazo.

Las dos empresas afirmaron que crearán una cadena de valor desde la producción de hidrógeno verde a partir de energías renovables hasta el transporte y la comercialización de su uso.

Leag, con sede en la región de Lusacia, en el este de Alemania, y propiedad del inversor checo EPH y del grupo de capital privado PPF Investments, tiene como objetivo poner en marcha 7 gigavatios (GW) de centrales solares y eólicas para 2030.

El cofundador de HH2E, Andreas Schierenbeck, dijo que la empresa, que planea instalar 4 GW de capacidad de electrólisis para acceder a la energía renovable.

Los electrolizadores hacen pasar la electricidad producida a partir de fuentes renovables a través del agua para dividirla en hidrógeno y oxígeno.

La semana pasada, HH2E anunció sus planes para una segunda gran planta.

El hidrógeno verde libera energía sin producir dióxido de carbono, lo que significa que puede utilizarse como fuente de energía libre de emisiones.

Los escépticos del hidrógeno, sin embargo, dicen que la nueva industria podría servir para prolongar artificialmente la vida de los titulares de los combustibles fósiles en lugar de dar una oportunidad a los nuevos actores.

Algunos críticos también afirman que no se sabe con certeza si los costes de la nueva infraestructura llegarán a ser competitivos y si se dispondrá de suficiente energía renovable para fabricar hidrógeno verde.