El director de tecnología, Yoshifumi Kato, dijo que Denso espera que la demanda de chips para automóviles sea alrededor de un tercio mayor en 2025 que en 2020, ya que el componente clave se utiliza cada vez más en los coches de combustible fósil, los vehículos eléctricos y la tecnología de conducción autónoma.

Esa creciente demanda se ha combinado con las interrupciones de la cadena de suministro de COVID-19 y el aumento de la competencia por los chips por parte de los fabricantes de electrónica de consumo para causar una escasez persistente que ha obligado a Toyota y a otros grandes fabricantes de automóviles a frenar la producción incluso cuando la demanda de automóviles crece.

Toyota dijo la semana pasada que la producción mundial en abril fue un 9,1% inferior a la del año anterior.

Denso, especializada en aire acondicionado para vehículos, trenes de potencia y sistemas de conducción automatizada, ha respondido a la escasez de chips con acuerdos de asociación destinados a asegurar el acceso a componentes clave.

En febrero acordó comprar una participación del 10% en una planta de chips que está construyendo en Japón Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC) con el Grupo Sony y que producirá 55.000 obleas de 12 pulgadas al mes a partir de 2024.

Este acuerdo, según Denso, le ayudará a adquirir chips de microcontroladores.

La planta de la isla de Kyushu, que el gobierno japonés está ayudando a construir como parte de una estrategia para evitar la escasez de componentes que podría perjudicar el crecimiento económico, también fabricará chips para una fábrica cercana de sensores de imagen de Sony.

En abril, Denso también dijo que colaboraría con United Microelectronics Corp para producir obleas de semiconductores en Japón con el fin de reforzar la producción de chips de potencia y analógicos.

Denso pronosticó el miércoles que las ventas de esos semiconductores internos crecerían en una quinta parte hasta alcanzar los 500.000 millones de yenes (3.900 millones de dólares) en 2025.

(1 dólar = 129,2300 yenes)