Esto sucede porque su legitimidad a menudo es cuestionable, cuando no, en términos más prosaicos, son un auténtico expolio, como explicamos en nuestro artículo Snap Inc.: Vampirización en orden, publicado a principios de año.

¿Es Snap una empresa dirigida en interés de sus accionistas o sus empleados? La pregunta sigue sin respuesta, dado que, en los últimos cinco ejercicios, ha acumulado pérdidas por valor de 5.200 millones USD, que es casi al cambio lo que los miembros del equipo directivo se han repartido en opciones sobre acciones durante ese periodo.

Otro ejemplo ilustrativo es Roblox, cuyas pérdidas de explotación, ya de por sí enormes, siguen aumentando a medida que el grupo amplía sus actividades. En los tres años que lleva cotizando en bolsa, ha distribuido 2.000 millones USD en opciones sobre acciones entre su plantilla, o casi un tercio de sus ventas acumuladas durante el mismo periodo -¡ventas, no beneficios!-, mientras el precio de sus acciones caía en picado. Véase Roblox Corportation: La realidad alcanza al metaverso.

En todo caso, con las empresas que cotizan en bolsa ocurre, como con todo, que las generalizaciones demasiado fáciles conducen a menudo al error, de modo que solo un análisis meticuloso de los resultados económicos puede llevar a una conclusión ajustada.

Veeva Systems, una empresa de software especializada en el sector de las ciencias de la vida, es un ejemplo de ello. Cotizada en la Bolsa de Nueva York, Veeva fue presentada en detalle en nuestras páginas a principios de otoño. La empresa cumple todos los requisitos de las selecciones cuantitativas de MarketScreener y todos los criterios para formar parte de nuestras carteras.

Veeva es también un distribuidor muy generoso de opciones sobre acciones, con nada menos que 1.500 millones USD concedidos a sus empleados en los últimos diez años, frente a una facturación acumulada de 7.900 millones USD en el periodo. Aunque sustancial, la proporción aquí ya es mucho más razonable que en los dos casos citados más arriba.

Una proporción razonable, por cierto, ya que Veeva también recompensa muy bien a sus accionistas. El grupo está ganando dinero -incluso se podría decir mucho- y se mantiene en una trayectoria de crecimiento virtuosa y rentable.

Más rentable, de hecho, pues su totalmente autofinanciada expansión se ha logrado con rentabilidades muy elevadas sobre el capital invertido. Su actividad no es intensiva en capital y las adquisiciones solo han consumido 600 millones USD en los últimos diez años. Mientras tanto, ha multiplicado por once las ventas y por dieciséis los beneficios por acción.

Así pues, en estos diez años, los accionistas han sido recompensados con un beneficio acumulado de 2.700 millones USD, mientras que los empleados han recibido 1.500 millones USD en opciones sobre acciones. Esta es una forma de repartir la riqueza ante la que nadie se ofenderá, y unos pagos de opciones sobre acciones tan bien ordenados como perfectamente legítimos y merecidos.