El presidente del Comité sobre China de la Cámara de Representantes de EE.UU. y el principal demócrata del panel instaron a Volkswagen a detener sus operaciones en Xinjiang después de que miles de vehículos con un pequeño componente electrónico de fabricación china fueran retenidos en puertos estadounidenses.

El representante Mike Gallagher, republicano, y Raja Krishnamoorthi escribieron al consejero delegado de VW, Oliver Blume, expresando su "profunda preocupación" por los informes de que se había bloqueado la entrada en Estados Unidos de modelos del Grupo VW porque los vehículos "contenían piezas fabricadas mediante trabajos forzados en" China, según una copia de la carta del 21 de febrero revisada por Reuters.

El Financial Times informó la semana pasada de que unos 1.000 vehículos Porsche, varios cientos de Bentley y varios miles de Audi fueron retenidos en los puertos estadounidenses porque un subcomponente chino infringió las leyes contra el trabajo forzado.

Volkswagen, que declinó hacer comentarios inmediatos sobre la carta, dijo el jueves que "notificó rápidamente a las autoridades en cuanto supimos del problema por nuestro proveedor y retuvimos los vehículos en el puerto. Hemos empezado a sustituir la unidad que contiene el componente en cuestión y estamos realizando envíos de vehículos conformes a nuestros concesionarios."

Volkswagen dijo la semana pasada que está en conversaciones con su socio de empresa conjunta en China sobre su presencia en Xinjiang, después de que un periódico alemán informara de lo que dijo eran pruebas de la implicación del fabricante de automóviles en trabajos forzados.

El informe del periódico económico Handelsblatt afirmaba que el investigador independiente Adrian Zenz encontró pruebas del uso de trabajos forzados en la construcción de una pista de pruebas en Turpan, Xinjiang, operada por una filial de la empresa conjunta de SAIC y VW.

La carta de los legisladores decía que "a la luz de las pruebas de trabajo forzado dentro de la cadena de suministro de Volkswagens, así como de sus operaciones continuadas en Xinjiang, pedimos a Volkswagen que cese inmediatamente todas sus operaciones en Xinjiang."

El asunto se suma a la presión sobre las mayores empresas alemanas para que reconsideren sus lazos con China, concretamente en la región de Xinjiang, donde grupos de defensa de los derechos han documentado abusos que incluyen trabajos forzados en campos de detención. Pekín niega tales abusos.

VW dijo la semana pasada que se toma muy en serio las acusaciones de violaciones de los derechos humanos, y que sus investigaciones podrían dar lugar al fin de la relación con un proveedor si se confirma una violación grave. (Reportaje de David Shepardson Edición de Mark Potter)