Su servicio de transferencia de dinero y cambio de divisas, intuitivo, muy asequible, multidivisa y que se complementa con un servicio de tarjetas de pago, sigue teniendo un gran éxito entre sus cada vez más numerosos usuarios.
En un sector fintech a veces sorprendente, en el que muchos competidores presentan propuestas de valor dudosas o incluso defienden modelos de negocio incomprensibles, Wise, por el contrario, corrige una verdadera ineficiencia de la banca.
Su éxito se mide en cifras: su facturación ha aumentado un 40% en dos años; el número de clientes ha crecido un 50% en dos años, mientras que sus depósitos en Wise aumentan a un ritmo aún más sostenido.
La empresa británica aspira a «mover billones». En 2025 habrá alcanzado una sexta parte de este objetivo, es decir, aún le queda mucho por recorrer, con un volumen total de transacciones de 145.000 millones de libras esterlinas (GBP), frente a los 118.000 millones de 2024 y los 104.000 millones de 2023, pero la tendencia sigue al alza.
En cinco años, Wise ha cuadruplicado su facturación y su beneficio antes de impuestos. Este último requiere ajustes con respecto al beneficio contable declarado, en particular porque la empresa no tiene licencia bancaria y, por lo tanto, no puede cobrar intereses por los depósitos de sus clientes.
Con un margen de beneficio antes de impuestos del 23% a pesar de una política de comisiones y gastos muy favorable para sus clientes, Wise, que según todas las previsiones alcanzará los 200.000 millones GBP en volumen de transacciones procesadas y 1.650 millones GBP en volumen de negocios en un plazo de dos o tres años, podría obtener al menos 330 millones de beneficios antes de impuestos al final de ese periodo.
La valoración de la fintech se ha recuperado notablemente tras un bache debido a cuestiones de gobernanza de las que MarketScreener se hizo eco en su momento. Actualmente se sitúa en torno a 30 veces el beneficio antes de impuestos previsto para dentro de dos o tres años o, en líneas generales, 40 veces ese mismo beneficio después de impuestos.
Ese múltiplo, relativamente generoso, está expuesto a una posible compresión si se intensifica la competencia de los bancos tradicionales —HSBC ha sido el más emprendedor con su aplicación Zing— y de las plataformas alternativas, como Revolut.
Wise, que sigue controlada por su fundador, Kristo Käärmann —el segundo accionista es el famoso fondo de capital riesgo estadounidense Andreessen Horowitz—, anunció la semana pasada que estaba preparando el traslado de su cotización de la bolsa de Londres a la de Nueva York.
En teoría, esto permitiría dinamizar aún más su valoración. En la práctica, también dará a su dirección la oportunidad de instaurar una política de remuneración en acciones opcionales basada en las normas estadounidenses.