El proyecto de 20.500 millones de dólares en aguas de Australia Occidental es el mayor recurso de gas sin explotar del país, pero lleva décadas estancado en la mesa de dibujo.
Un informe publicado el lunes en el periódico Sydney Morning Herald afirmaba que los comentarios preliminares de la Autoridad de Protección Medioambiental de Australia Occidental (EPA) enviados a la empresa en febrero calificaban los términos de la propuesta de "inaceptables".
"No es apropiado comentar ningún resultado hasta que la evaluación y el proceso de apelación hayan concluido", dijo el vicepresidente de la EPA, Lee McIntosh, en un correo electrónico.
El plan de desarrollo de Woodside está siendo revisado desde 2020, y la empresa ha solicitado prórrogas para responder al regulador, dijo McIntosh, añadiendo que las recomendaciones finales irían al gobierno estatal en 2025.
La empresa quiere Explorar para sustituir los yacimientos de gas envejecidos para abastecer la planta de GNL (gas natural licuado) de North West Shelf y satisfacer la demanda de los mayores socios comerciales de Australia, como China, Japón y Corea del Sur.
Woodside declinó confirmar si había recibido un informe de la EPA pero dijo que la empresa seguía trabajando con los reguladores para avanzar en las aprobaciones medioambientales del proyecto.
Las acciones de la empresa bajaban alrededor de un 3% en las operaciones de última hora de la mañana, en gran medida en línea con la caída del mercado en general.
BP posee una participación del 44,33% en el proyecto, mientras que Japan Australia LNG (MIMI Browse) tiene el 14,40% y PetroChina el 10,67%. Woodside, el operador, posee una participación del 30,60%.
Browse necesita las aprobaciones de los gobiernos estatal y federal. El gobierno federal laborista considera el gas como un elemento crítico en la transición del país hacia una energía más limpia y en mayo respaldó la perforación de gas a largo plazo a pesar de aspirar a unas emisiones netas de carbono nulas para 2050.
Los grupos ecologistas se oponen al desarrollo del Browse, alegando que supone una amenaza para las ballenas azules pigmeas y las tortugas verdes, especies en peligro de extinción, y que aumentaría el riesgo de contaminación y vertidos de petróleo. (Reportaje de Renju Jose en Sydney; Edición de Sonali Paul)