La empresa añadió que todas las tiendas estaban ya operativas y que había iniciado los protocolos de respuesta ante la detección del incidente. Añadió que también se había iniciado una investigación mientras se notificaba a las fuerzas de seguridad federales.

Yum, que también es propietaria de la cadena Pizza Hut y de Taco Bell, no especificó qué restaurantes se vieron afectados por el ataque.

La empresa matriz de KFC dijo que no había pruebas de que se hubieran robado bases de datos de clientes, a pesar de que se tomaron datos de la red de la empresa.

La empresa dijo que no se esperaba que el suceso tuviera un impacto material adverso en su negocio, operaciones o resultados financieros.