"Queremos tener licencia en todas partes", dijo Changpeng Zhao a los periodistas, afirmando que quería "trabajar con los reguladores en todas partes".

"A partir de ahora, vamos a ser una institución financiera", dijo, añadiendo que esto supondría una ruptura con su anterior modelo descentralizado y una maduración desde sus orígenes como startup.

Binance ha hecho estas declaraciones después de que se viera sometida a una presión concertada por parte de los reguladores de todo el mundo, preocupados por la posibilidad de que las criptodivisas se utilicen para el blanqueo de dinero y de que los inversores sean víctimas de estafas o apuestas desbocadas.

Las autoridades financieras de Gran Bretaña, Alemania, Hong Kong, Italia, Japón, Lituania y Tailandia han manifestado su preocupación por Binance.

Binance ofrece una amplia gama de servicios a los usuarios de todo el mundo, incluida la negociación de criptomonedas al contado y de derivados.

También gestiona una bolsa que permite a los usuarios comerciar directamente entre sí. Su propia criptomoneda, Binance Coin, es la cuarta más grande del mundo.

Binance ha multiplicado casi por diez su volumen de operaciones en el último año, hasta alcanzar los 668.000 millones de dólares el mes pasado, según datos de la empresa británica de investigación CryptoCompare.

La popularidad de Binance está creciendo en Gran Bretaña, por ejemplo, donde su aplicación se ha descargado 1,8 millones de veces en 2021, y 2,2 millones de veces en total, según la empresa de datos móviles Sensor Tower.

Sin embargo, recientemente el organismo de control financiero británico le prohibió realizar actividades reguladas.