El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) emitió su advertencia más contundente hasta la fecha sobre los riesgos asociados a las stablecoins e instó a los países a avanzar rápidamente hacia la tokenización de sus monedas.
El BIS, conocido como el banco de los bancos centrales, expuso sus preocupaciones, entre ellas el potencial de las stablecoins para socavar la soberanía monetaria, los problemas de transparencia y el riesgo de fuga de capitales desde economías emergentes.
Esta advertencia llega menos de una semana después de que el Senado de Estados Unidos aprobara un proyecto de ley para crear un marco regulatorio para las stablecoins vinculadas al dólar estadounidense, una medida que, de ser ratificada por la Cámara de Representantes, se espera que impulse aún más su popularidad.
Las stablecoins son un tipo de criptomoneda diseñada para mantener un valor constante, generalmente con una paridad 1:1 con el dólar, respaldada por activos del mundo real como bonos del Tesoro estadounidense u oro.
Actualmente, las monedas vinculadas al dólar representan el 99% del mercado, que se estima cuenta con más de 260.000 millones de dólares en circulación.
"Las stablecoins, como forma de dinero sólido, no cumplen con los requisitos y, sin regulación, representan un riesgo para la estabilidad financiera y la soberanía monetaria", señaló el BIS en un capítulo adelantado de su informe anual que se publicará el domingo.
Hyun Song Shin, asesor económico del BIS, explicó que las stablecoins carecen de la función tradicional de liquidación que proporciona un banco central con dinero fiduciario.
Shin las comparó con los billetes privados que circulaban durante la era de la Banca Libre del siglo XIX en Estados Unidos. Esto significa que a menudo pueden negociarse a diferentes tipos de cambio según el emisor, lo que socava el principio de aceptación universal del dinero emitido por bancos centrales.
"La unicidad o la tienes o no la tienes", afirmó Shin, advirtiendo también sobre el riesgo de "ventas apresuradas" de los activos que respaldan a las stablecoins en caso de colapso, como ocurrió con TerraUSD (UST) y la criptomoneda LUNA en 2022.
Otra preocupación es quién controla las stablecoins. Tether actualmente posee más de la mitad del mercado total de stablecoins, pero abandonó la Unión Europea tras la introducción de nuevas normativas que exigen que los operadores de stablecoins estén autorizados por el bloque.
"La cuestión de la divulgación es donde algunas stablecoins difieren", señaló Andrea Maechler, subdirectora general del BIS. "Siempre existirá la pregunta sobre la calidad del activo de respaldo. ¿El dinero realmente está ahí? ¿Dónde se encuentra?"
ACCIONES DECIDIDAS
El BIS propone que los bancos centrales avancen hacia la creación de un "libro mayor unificado" tokenizado que incorpore reservas de bancos centrales, depósitos de bancos comerciales y bonos gubernamentales.
Esto permitiría que el dinero de banco central siga siendo el principal medio de pago global y que monedas y bonos de todo el mundo puedan integrarse efectivamente en la misma "plataforma programable".
La tokenización busca crear un sistema digitalizado de banco central que liquide pagos y operaciones de valores casi instantáneamente y a menor costo, eliminando la necesidad de ciertos controles que consumen tiempo y abriendo nuevas funcionalidades.
También podría hacer el sistema más transparente, resiliente e interoperable, y protegerlo de algunos de los elementos más impredecibles de las criptomonedas.
Sin embargo, habría varios desafíos clave, entre ellos quién establece las reglas que rigen la plataforma y el hecho de que los países probablemente querrán mantener un control significativo sobre cómo y quién utiliza sus monedas.
"Aprovechar todo el potencial del sistema requiere acciones decididas", afirmó Agustín Carstens, presidente saliente del BIS.