El retador de los pagos: Ripple se creó en 2012 en San Francisco. Se trata principalmente de un protocolo para realizar pagos digitales entre instituciones financieras. Utiliza la tecnología blockchain para transferir dinero mediante una moneda digital que pretende ofrecer transacciones rápidas y seguras. La inspiración de sus directores, Jed McCaleb y Chris Larsen, procede directamente de Bitcoin. Sin embargo, mientras que Bitcoin pretende estar completamente descentralizado, esto no es tan cierto en el caso de Ripple.

Una gran parte de los tokens en circulación está reservada a grandes clientes e instituciones. Como resultado, Ripple tiene un control significativo sobre la política de emisión monetaria del token en cuestión, lo que no ocurre con Bitcoin, por ejemplo. La filosofía descentralizada propugnada por Bitcoin no puede ser completamente duplicada por Ripple. Ofrece una solución que proporciona un protocolo, a través de la cadena de bloques, para intercambiar activos y enviar fondos para liquidar pagos, es decir, compite directamente con el protocolo SWIFT.

Ripple tiene un largo historial de colaboración con gigantes bancarios como American Express, BBVA, Crédit Agricole y HSBC...... Pero, como ya se ha mencionado, desde el punto de vista de la descentralización, tiene mala prensa. De hecho, muy pocos validadores están autorizados a operar porque Ripple los elige.

Funcionalidad:

La moneda digital de la plataforma es XRP. El propósito del protocolo Ripple es actuar como "puente" entre dos monedas. Normalmente, se utiliza para transferir dinero de una cuenta "A" con sede en el país "1" a una cuenta "B" en el país "2". Por lo tanto, se han introducido 2 impuestos: un impuesto sobre la pasarela y un impuesto sobre las transacciones. En Ripple se pueden realizar un gran número de operaciones y todas las transacciones se pueden llevar a cabo con gran rapidez. Ripple se basa en un consenso denominado "Prueba de Corrección" (PoC), que valida las transacciones mediante un sistema de votación.

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