BRASILIA, 4 oct (Reuters) -El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su contrincante de izquierdas estaban buscando apoyos el martes, dijeron funcionarios de partidos, mientras afinaban sus campañas para una segunda vuelta más competitiva de lo esperado.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo el domingo el 48,4% de los votos, poco menos que la mayoría necesaria para una victoria absoluta contra el ultraderechista Bolsonaro, cuyo sorprendente desempeño le valió el 43,2% de los votos.

La carrera altamente polarizada, marcada por las amenazas de Bolsonaro de que podría impugnar los resultados, se decidirá el 30 de octubre.

El Partido de los Trabajadores de Lula ha empezado a acercarse a los partidos cuyos candidatos presidenciales quedaron en tercer y cuarto lugar el domingo -Simone Tebet, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño, y Ciro Gomes, del izquierdista Partido Democrático del Trabajo (PDT)- para conseguir su apoyo. En conjunto, ambos sumaron un 7% de la votación del domingo.

Se espera que Tebet respalde a Lula y podría anunciar su apoyo el martes, aunque algunos sectores de su grupo podrían seguir inclinándose por Bolsonaro.

Gomes ha tenido un historial de enfrentamientos con Lula, pero estuvo de acuerdo con la decisión de su partido de apoyar al candidato izquierdista, lo que podría ayudar a transferir parte del 3% de los votos que recibió en la primera vuelta.

Los asesores económicos de Lula dijeron que lo están presionando para que adopte las propuestas de Tebet y Gomes, en un esfuerzo por construir una coalición de centro-izquierda más amplia para ganar la segunda vuelta.

Bolsonaro también consiguió un apoyo clave el martes, al reunirse con el recién reelegido gobernador de Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil. Romeu Zema, que se mantuvo neutral en la primera vuelta, apoyó formalmente al mandatario tras una reunión en Brasilia.

"El apoyo de Zema es más que bienvenido, es decisivo para mi reelección", dijo Bolsonaro a periodistas tras una reunión.

El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, quien lidera su carrera por la reelección en el tercer estado más grande de Brasil, también respaldó a Bolsonaro.

El presidente también llega a la segunda vuelta con viento en popa tras su sorprendente éxito a la hora de aglutinar al movimiento conservador, convirtiendo a su Partido Liberal en el más numeroso en ambas cámaras del Congreso en las elecciones generales del domingo.

"Siempre supimos que Brasil era un país conservador, pero no nos dimos cuenta de que era tan conservador", dijo un asesor de campaña que pidió no ser identificado.

Funcionarios del partido dijeron que la estrategia de Bolsonaro se centrará ahora en atraer más votos de las mujeres al tiempo que se moderan los ataques a las máquinas de votación electrónica de Brasil.

El presidente está planeando aumentar los pagos a las mujeres que son el sostén de la familia con un estipendio extra a fin de año de un programa de bienestar, según dos fuentes familiarizadas con las discusiones.

La iniciativa, que entraría en vigor el próximo año, podría ayudar a la popularidad de Bolsonaro entre las mujeres y las familias pobres, dos grupos en los que ha encontrado resistencia.

"Su campaña de segunda vuelta tendrá una agenda positiva, con menos ataques a Lula y ninguna crítica al sistema de voto electrónico", dijo el asesor de la campaña.

Los ataques de Bolsonaro a la integridad del sistema electoral brasileño, las insinuaciones de que podría no conceder una eventual derrota y la presión sobre los militares para que realicen un recuento de votos paralelo han convertido estas elecciones en las más tensas de Brasil en décadas.

(Reporte de Anthony Boadle y Ricardo Brito; reporte adicional de Lisandra Paraguassu y Eduardo Simoes en Sao Paulo; editado en español por Javier López de Lérida y Ricardo Figueroa)

Por Anthony Boadle y Ricardo Brito