Abra también controla la aerolínea colombiana Avianca, aunque ambas operan por separado.
La medida convierte a Gol en la última aerolínea latinoamericana en solicitar la protección por quiebra tras una crisis relacionada con una pandemia, siguiendo el camino de su compañía hermana Avianca, la mexicana Aeroméxico y la chilena LATAM Airlines.
La decisión era en cierto modo esperada después de que los medios de comunicación informaran a principios de este mes de que Gol estaba considerando la posibilidad de dar el paso, incluso cuando la compañía mantenía que buscaba una reestructuración "consensuada" en discusión con los acreedores.
Gol dijo que utilizará la protección por quiebra para "reestructurar (sus) finanzas y fortalecer las operaciones comerciales a largo plazo, mientras continúa operando normalmente".
Los analistas del lado vendedor y las agencias de calificación afirman que Gol tiene unas sólidas cifras operativas en medio de una saludable demanda de viajes aéreos en Brasil, pero que los elevados gastos de leasing e intereses habían estado presionando su flujo de caja y afectando negativamente a su perfil de deuda.
La compañía también se ha enfrentado a problemas de capacidad por el retraso en las entregas de aviones de Boeing, que según el director ejecutivo de Gol le impiden crecer al ritmo que le gustaría, y a la presión del mantenimiento por problemas de suministro de motores.
Gol tuvo una cuota de mercado del 33% en el sector de la aviación de Brasil el año pasado, sólo superada por LATAM Brasil, según los ingresos por pasajero-kilómetro, que mide el tráfico.
La aerolínea contrató el mes pasado a Seabury Capital para que le ayudara en una revisión de la estructura de capital que incluía abordar la gestión del pasivo, las transacciones financieras y otras medidas para mejorar su liquidez.
