Un vistazo a la jornada en los mercados asiáticos.

En medio de un aluvión de comentarios de los líderes financieros mundiales en las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington, y con muchos mercados que han experimentado grandes movimientos en las últimas semanas, los inversores se toman un respiro.

La incesante venta de bonos de los últimos tiempos se invirtió el miércoles y empujó a la baja los rendimientos, el oro volvió a caer, el petróleo se desplomó un 3% en su mayor caída en más de dos meses, y las acciones se tambalearon.

Ya sea por cansancio (oro), cobertura de posiciones cortas (bonos), preocupación por el impacto del aumento de los costes de endeudamiento en el crecimiento y la demanda (acciones y petróleo), o simplemente por buscar refugio del aluvión de titulares procedentes de Washington, los inversores están recortando riesgos.

Este es el telón de fondo de la apertura del mercado del jueves en Asia, donde el calendario incluye el índice terciario de actividad industrial de Japón, el desempleo de Australia y Hong Kong, y un discurso de Asahi Noguchi, miembro del consejo del Banco de Japón.

En el frente de la renta variable, la corrección que parece estar desarrollándose en algunos sectores cobró impulso el miércoles, a pesar de un notable descenso de los rendimientos de los bonos y de la primera pérdida diaria del dólar en siete.

El índice japonés Nikkei 225 ha bajado un 3,6% esta semana, camino de su mayor caída semanal desde diciembre de 2022. El S&P 500 cayó por cuarto día consecutivo, va camino de su tercera pérdida semanal consecutiva y ha bajado un 5% desde su máximo histórico del mes pasado.

El índice MSCI Asia ex-Japan ha bajado en lo que va de año.

Los tipos de cambio -y, por extensión, la competitividad comercial, las restricciones y los aranceles- siguen bajo estrecha vigilancia.

El miércoles, el presidente Joe Biden pidió un aumento drástico de los aranceles estadounidenses sobre los productos metálicos chinos, aranceles de hasta el 25% sobre determinados productos de acero y aluminio, en una medida que corre el riesgo de enfadar a Pekín.

Los líderes financieros de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, por su parte, acordaron "consultarse estrechamente" sobre los mercados de divisas en su primera reunión trilateral del miércoles, haciendo un guiño a la preocupación de Tokio y Seúl por las fuertes caídas recientes de sus divisas.

El acuerdo en su primera reunión trilateral se produjo en un momento en que el retroceso de las expectativas de un recorte a corto plazo de los tipos de interés en Estados Unidos llevó al yen a mínimos de 34 años, manteniendo a los mercados en alerta ante la posibilidad de una intervención compradora de yenes por parte de las autoridades japonesas.

"Seguiremos cooperando para promover el crecimiento económico sostenible, la estabilidad financiera, así como unos mercados financieros ordenados y que funcionen correctamente", rezaba una declaración conjunta.

Aunque puede que Japón no esté intentando activamente exportar su camino hacia la prosperidad, y la debilidad del yen puede estar justificada por los fundamentos económicos y de tipos de interés relativos, los cambios sísmicos de la relación de intercambio como éste en Asia no suelen pasar desapercibidos.

¿Podría Asia estar deslizándose hacia una ola de depreciación competitiva de divisas del tipo "empobrece a tu vecino"? La declaración trilateral EE.UU.-Japón-Corea del Sur muestra que los funcionarios son muy conscientes de los riesgos.

He aquí los acontecimientos clave que podrían proporcionar más orientación a los mercados el jueves:

- Reuniones del FMI y el Banco Mundial en Washington

- Desempleo en Australia (marzo)

- Habla Noguchi del BOJ