Los rendimientos de la deuda pública de la zona euro lucharon el lunes por encontrar una dirección antes de los datos económicos clave, después de subir la semana pasada cuando los mercados redujeron las expectativas de relajación monetaria del Banco Central Europeo (BCE).

Los inversores se centrarán el miércoles en el índice de precios al consumo alemán, junto con las cifras de inflación de la zona euro, y el viernes en el índice de gastos de consumo personal estadounidense. El martes se publicará la encuesta del BCE sobre las expectativas de los consumidores, y el miércoles el Libro Beige de la Reserva Federal.

Los rendimientos de los bonos de la zona euro registraron la semana pasada su mayor subida en un mes tras los sólidos datos económicos.

"Nuestros economistas coinciden ampliamente con el consenso de que la inflación general (de la zona euro) debería repuntar, mientras que el descenso de la inflación subyacente probablemente se estanque", declaró Hauke Siemssen, estratega de tipos de Commerzbank.

"Este resultado podría añadir sabor a la valoración del BCE de que tanto la dinámica de la inflación general como la de la subyacente se están desacelerando".

Los mercados monetarios descontaron por última vez 58 puntos básicos (pb) de relajación monetaria del BCE en 2024, lo que implica dos recortes de tipos y una probabilidad de alrededor del 30% de un tercer movimiento a finales de año.

El BCE está dispuesto a recortar los tipos de interés el mes que viene, pero la política debe seguir siendo restrictiva este año, ya que el crecimiento salarial no se normalizará hasta 2026, según declaró Philip Lane, economista jefe del BCE, al Financial Times.

Los mercados dan por sentado un recorte del BCE en junio, según los analistas, pero también han empezado a descontar menos de un recorte cada trimestre, un movimiento que los derivados han puesto en precio durante meses.

El rendimiento de la deuda pública alemana a dos años, más sensible a las expectativas de tipos de interés, se mantuvo estable en el 3,09% tras alcanzar el 3,124% el viernes, su nivel más alto desde mediados de noviembre.

El gobernador de la Fed, Christopher Waller, dijo el viernes que el llamado tipo R -el tipo que ni estimula ni restringe la economía, manteniendo la inflación en el objetivo del banco central- podría subir tras años de descensos.

El rendimiento alemán a 10 años, la referencia del bloque, subió ligeramente hasta el 2,59%.

La moral empresarial alemana se estancó en mayo, por debajo de la mejora prevista, según una encuesta realizada el lunes.

La rentabilidad italiana a 10 años subió 0,5 puntos básicos, hasta el 3,89%, mientras que la diferencia entre las rentabilidades italiana y alemana -un indicador de la prima de riesgo que buscan los inversores por mantener bonos de los países más endeudados de la zona euro- se situó en 129 puntos básicos.

El diferencial entre los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y los bunds alemanes -- un indicador de la divergencia esperada en la senda política entre el BCE y la Fed -- se estrechó hasta los 187,5 puntos básicos.

Los economistas de BofA esperan que la divergencia entre la política monetaria del BCE y la Fed sea mayor que las expectativas actuales del mercado y que el diferencial entre los rendimientos estadounidenses y alemanes rompa los máximos recientes a finales de año.