Tras una fuerte caída a principios de 2021, la moneda única parece estancarse finalmente en torno a los 0,98 dólares. Se trata de un nivel que no se alcanzaba desde hace 20 años. Sin embargo, no se espera realmente una inversión de la tendencia. Las numerosas estadísticas económicas publicadas recientemente en EE.UU. dejan poco margen para este escenario. En conjunto, han defendido claramente la continuación de una política monetaria belicosa por parte de la Reserva Federal, sin pausa ni desaceleración. Esto aumentará, o al menos mantendrá, el potencial diferencial de tipos de interés entre las dos monedas mundiales. La moneda única también se ve afectada por su imagen de moneda "de riesgo", debido a las presiones de un escenario de recesión en los principales polos económicos de la unión monetaria y al conflicto ruso-ucraniano.

En general, Estados Unidos está por delante de la mayoría de los bancos centrales del mundo en lo que respecta a las subidas de tipos. Esta es la razón principal por la que el USDX - índice del dólar estadounidense - tiene una tendencia muy alcista. Para entrar en detalles, desde el 1 de enero el yen ha perdido un 22% frente al dólar, mientras que el fuerte franco suizo se ha depreciado un 8,2% en el mismo periodo. En cuanto al yuan y la libra esterlina, han perdido un 11,7% y un 16,3% respectivamente. Estos descensos se ven acentuados por la delicada situación económica de estas dos naciones.

Por todas estas razones, es poco probable que el EUR/USD invierta su tendencia a corto plazo. Las próximas reuniones del BCE - 27 de octubre - y de la FED - 2 de noviembre - determinarán la tendencia futura del EUR/USD. Se espera una subida de tipos de 0,75 puntos en ambas fechas.

Técnicamente, el par mantiene un impulso bajista que no será desafiado mientras el EUR/USD se mantenga por debajo de 1 (media móvil de 20 semanas).