En EE.UU., con la inflación todavía preocupante (8,5% en julio) y a pesar de que el mercado laboral sigue siendo fuerte y las ventas minoristas se mantienen bastante bien, la probabilidad de otra subida de 75 puntos básicos a partir de un aumento de medio punto en septiembre se considera ahora en torno al 50-50. Mientras tanto, los inversores se encuentran en un estado de total incertidumbre sobre cuándo bajará significativamente la inflación más alta de las últimas décadas, cuánto tendrá que subir la Fed los tipos de interés para mantenerla a raya y en qué medida las subidas de tipos frenarán la economía.

En Europa, el BCE también tendrá que seguir subiendo los tipos de interés para hacer frente a la creciente inflación, que alcanzó el 8,9% en julio. Además de la lucha contra el enquistamiento de la inflación en la eurozona, la preocupación por una desaceleración económica es cada vez mayor, sobre todo por los valores energéticos, que están bajo presión debido a la dependencia europea del gas ruso. El BCE se encuentra, por tanto, en un difícil equilibrio para garantizar, por un lado, una lucha feroz contra la inflación y, por otro, limitar los daños a la economía. No obstante, se espera que Christine Lagarde anuncie una subida de tipos de entre 25 y 50 puntos básicos el 8 de septiembre.

El EUR/USD ronda la paridad en una tendencia todavía muy deteriorada. Con los participantes en el mercado todavía en modo de aversión al riesgo, el billete verde podría seguir empujando a la moneda única a mínimos de más de dos décadas. Una ruptura sostenida por debajo de la paridad podría empujar al euro hacia el nivel de 0,98 frente al dólar.